Fucsia

EN CUERPO y alma

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marcela estrada

LA MENTE y el cuerpo tienen un vínculo innegable. Nada pasa por la una sin que el otro medie. Y al momento de hablar de sexo, esta relación se hace mucho más cercana. Por años, especialis­tas y parejas se han preguntado qué pesa más en la alcoba: ¿una fuerte conexión mental? ¿Una química corporal intensa? O, tal vez, ¿una mezcla de las dos?

“Está claro que si no hay un proceso de conexión de la psique, de la mente, el sexo no es lo mismo. Sin embargo, el cuerpo desempeña un papel determinan­te al momento de sentirnos deseados, atractivos y en disposició­n”, afirma la psicóloga Paula Dávila.

Juliana Morales Wolff, asesora emocional, opina que para que haya un estímulo físico tiene que haber uno mental. Debe existir una conexión: “Sin duda alguna, en el campo emocional del inconscien­te tiene que haber no solo placer sino bienestar contigo como persona. Si te sientes bien y logras tener una conexión física y mental, el sexo va a ser fantástico”, puntualiza.

Además del nexo entre el cuerpo y la mente a la hora del sexo, la energía es otro de los factores clave. “Estamos hechos de partículas energética­s. Cuando tienes sexo te estás conectando con otra persona, literalmen­te. Hay un momento energético que claramente se disfruta más si la conexión es fuerte”, complement­a Morales Wolff.

“A pesar de que sabemos que somos seres de energía, no siempre la cuidamos como debe ser. A mi juicio, debemos tener más prudencia al elegir a las personas con las que decidimos tener encuentros sexuales casuales”, concluye.

Ambas expertas están de acuerdo con que la calidad del sexo es directamen­te proporcion­al al nivel de conexión. “Sin embargo, la mente tiene un papel prepondera­nte frente a qué tanto puedo llegar a desinhibir­me. Históricam­ente, las mujeres hemos tenido poca experienci­a en la autoexplor­ación de nuestro cuerpo, lo que nos lleva a cohibirnos. Para empezar, si no estamos conectadas con nosotras mismas, no podremos tener claridad sobre cómo conectarno­s con alguien más”, declara Dávila.

MENTE SANA, CUERPO SANO

Más allá de los tabúes, llegar a tener un buen encuentro sexual sin estar emocionalm­ente conectado con alguien es posible si ambas personas vibran con la misma energía o encuentran un punto de conexión. Eso sí, no es posible omitir la importanci­a del papel que cumple el cuerpo en este proceso. “Siempre que alguien nos toca se genera una reacción corporal. Si está sintonizad­a con la otra persona, va a ser algo fantástico”, explica.

Y aunque es imperativo que exista una atracción por el cuerpo del otro y que nos sintamos bien con el nuestro para generar un ambiente de seguridad, la mente, las fantasías, el pensamient­o y la imaginació­n pueden ayudar a nutrir la experienci­a sexual, pues de ahí nacen todas las posibilida­des para abrirnos y canalizar nuestra creativida­d o para limitarnos y no disfrutar.

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