DIME TUS FANTASÍAS y te diré quién eres
por arnoldo MUTIS García
AXILAS, CARROS, marcapasos y casi todo lo que se pueda pensar es susceptible de desencadenar un ensueño sexual. A los adultos jóvenes los inspira mucho el bondage (inmovilización del cuerpo), en tanto que los maduros alimentan mucho su lujuria imaginando que tienen sexo en grupo. No son pocos los que recrean en sus mentes que los someten a nalgadas, mordiscos o que les riegan gotas de cera caliente en sus cuerpos desnudos, entre otras expresiones de sadismo.
Tales son algunas de las conclusiones a las que llegó hace poco Tell Me What
You Want, la más grande investigación que se ha hecho en Estados Unidos sobre las fantasías sexuales bajo la dirección de Justin Lehmiller, director de psicología social de la Ball State University, en Indiana. En sus veinte años de carrera, el especialista se ha dedicado a escuchar los deseos sexuales de la gente y explica que ninguna indagación sobre el tema había llegado tan lejos como esta. Un total de 4175 voluntarios contaron sus recientes imaginaciones y respondieron un cuestionario de 350 preguntas sobre su vida sexual y qué tan a menudo se excitan pensando en personas, cosas o lugares.
AMOR A LA COLOMBIANA
José Alonso Peña Herrera, psicólogo, psicoterapeuta gestáltico y experto en seducción y relación de pareja, habla de los aspectos básicos de este mecanismo erótico y de la actitud de los colombianos al respecto.
- ¿Qué es una fantasía erótica? José Alonso Peña (J. A. P.): Es un proceso imaginario de un escenario posible o imposible que reporta satisfacción sexual. En términos del psicoanálisis, es un mecanismo de la psique para complacer deseos de manera parcial.
‒ ¿Las fantasías están llamadas a ser solo eso o a cumplirse?
J. A. P.: Eso dependerá del grado de consciencia con que viva el individuo y de la posibilidad de hacerla realidad. En el ámbito colombiano, debido a la falta de inteligencia emocional, es muy frecuente que la gente simplemente se deje llevar a cumplir ciertas fantasías ‘no sanas’ para, luego, experimentar sentimientos de culpa. Personalmente, invito al cumplimiento de la fantasía, siempre y cuando sea posible y no traiga desenlaces negativos para sí mismo o la pareja.
‒ ¿Es conveniente compartir las fantasías con la pareja?
J. A. P.: Es lo más sano en un país como Colombia, donde la exclusividad sexual, la fidelidad y la monogamia rigen la gran mayoría de las relaciones. Ello da la posibilidad de explorar y de permitir que la sexualidad no se vuelva una tarea más.
‒ ¿Son las fantasías un tema tabú en Colombia?
J. A. P.: En nuestro país aún es difícil hablar de sexo. Aunque se han ganado espacios para que las conversaciones al respecto sean más frecuentes, benéficas y menos distorsionadas, sobreviven algunos temas tabú y entre
EL MAYOR ESTUDIO SOBRE LOS DESEOS SEXUALES MÁS RECÓNDITOS Y LASCIVOS QUE SE HA HECHO HASTA EL
MOMENTO REVELÓ QUE LOS TRÍOS, LAS PRÁCTICAS DE SUMISIÓN Y EL SEXO ANAL IMPERAN EN LA LIBIDO DE HOMBRES Y MUJERES.
esos se encuentran las fantasías. Estas aparecen agazapadas en las confesiones y charlas de amigos entre tragos. En los consultorios no es raro que los pacientes bajen la voz para hablar de ellas. A menudo, además, se asumen como un mandato: “Tengo esta fantasía y la tengo que cumplir”.
‒ ¿Cuáles son las que oye más a menudo en su consultorio?
J. A. P.: El trío es la fantasía sexual por excelencia y encuentro que son muchos los que se lo han permitido, sobre todo entre los más jóvenes. Le sigue acostarse con un desconocido, ver a la pareja tener sexo con otra persona y las relaciones con identidades de poder, como el jefe, un médico, un profesor u otros.
‒ ¿Y cuál es la más rara que le han confesado?
J. A. P.: Es de carácter exhibicionista: tener relaciones sexuales en público mientras todo el que pasa observa..