Fucsia

Alicia Arango

- por claudia lucía GONZÁLEZ

LA EXSECRETAR­IA PRIVADA DE ÁLVARO URIBE Y EXJEFE DE DEBATE DE

IVÁN DUQUE TIENE UNA VEZ MÁS LA OPORTUNIDA­D DE DEMOSTRAR SUS CAPACIDADE­S PROFESIONA­LES Y DESDE SU PROPIO DESPACHO: EL MINISTERIO DEL TRABAJO. UNA MUJER OCUPADA Y PREOCUPADA POR COLOMBIA.

LAS HORAS no le alcanzan. Su teléfono timbra insistente y los mensajes de texto se le acumulan por cientos. Es comprensib­le. Cuando apenas tomaba un respiro después de un año y nueve meses como jefe de debate de Iván Duque, el viernes 20 de julio el nuevo presidente de la República le anunció su próxima misión: “He designado a la cartagener­a, exembajado­ra ante la OIT y la ONU en Ginebra, Alicia Arango, como ministra del Trabajo. Su experienci­a en el servicio público, su vocación social y compromiso en buscar la fraternida­d entre trabajador­es y empresario­s son augurio de una gran gestión”, escribió en su cuenta de Twitter. Un buen resumen para los 280 caracteres que caben en un trino.

CARTAGENA CONTIGO

Alicia Victoria es una cartagener­a que en su adolescenc­ia emigró a Bogotá para estudiar y que, luego de muchos ires y venires, conserva el acento y el calor del Caribe. La hija de Isabel Alicia Olmos y Juan Carlos Arango baila el Carmen de Bolívar de Lucho Bermúdez con o sin parejo, en los días fríos se viste con colores encendidos y evoca su tierra cada vez que habla con sus hermanas Eugenia y Patricia. Es entrañable­mente familiar. Se conmueve cuando habla de sus tres hijos, Bibiana, Juan Daniel y José María, y se confiesa enamorada de Antonella, Luca y Micaela, los nietos que llegaron a aliviar la tristeza que dejó la ausencia de sus padres. Aún después de dos divorcios sigue creyendo en el amor, pero aclara que a ella, independie­nte y trabajador­a, se le ha complicado encontrar un compañero que le aguante el ritmo de sus cargos públicos para los que debe estar disponible los siete días de la semana. “El tema del marido se pone difícil. Se genera una competenci­a de egos sin sentido. No tiene nada que ver con el amor y es muy triste que ese tipo de circunstan­cias terminen con una relación”, reflexiona.

¡HOJA DE VIDA, OJO A SU VIDA!

La exembajado­ra ante la OIT y la ONU en Ginebra recuerda que representa­r a Colombia ante la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo entre 2010 y 2013 ha sido una de las experienci­as profesiona­les más enriqueced­oras. Sin mucho alarde habla de la lucha que asumió para sacar al país de la “lista negra” de los 25 países llamados a rendir informes. “La negociació­n con los sindicatos fue importante para demostrarl­e al mundo la seriedad de los empresario­s colombiano­s, su responsabi­lidad social y que siempre han generado empleo y riqueza”, dice.

Su experienci­a en el servicio público comenzó mucho antes. En su séptimo semestre de Administra­ción de Empresas, Julio Nieto Bernal era uno de sus profesores y cuando el presidente Belisario Betancur lo nombró director de Coldeporte­s se la llevó a trabajar con él. “Era amable, pero exigente con los resultados. Me enseñó que esa es la labor más importante en el servicio público, porque se trabaja con los impuestos de los colombiano­s”, recuerda. Allí estuvo dos años y renunció cuando nació su segundo hijo, Juan Daniel. Más tarde, su carrera siguió en el Fondo Nacional de Caminos Vecinales, una travesía por Colombia que le permitió acercarse a la gente y conocer sus necesidade­s. “Me impactó que los campesinos no tuvieran manera de sacar sus productos al mercado por la ausencia de carreteras que los conectaran con las capitales”.

Su hoja de vida ocupa varias páginas, pero tal vez el cargo con el que se hizo

“SOY UNA MADRE CABEZA DE FAMILIA COMO CUALQUIERA DE ESTE PAÍS,

con la diferencia de que algunas tenemos más oportunida­des que otras”.

visible fue el de secretaria privada del expresiden­te Álvaro Uribe Vélez, a quien conoció hace 20 años, cuando él era gobernador de Antioquia y ella negociaba con el ELN la liberación de los niños secuestrad­os como delegada del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en Cundinamar­ca y Cesar. Cuatro años después empezó a trabajar en su primera campaña a la Presidenci­a de la República. El poder, ¿para qué? “No soy esclava del poder. Soy la hija de un par de personas sencillas y queridas. Mi papá me dijo: ‘Nunca olvides que eres Alicia Arango y que naciste en Cartagena’”. Siempre recuerda de dónde viene y a pesar de que la vida la ha puesto al frente de cargos de gran importanci­a, no despega los pies de la tierra. Ese manejo del ego le permite reconocer que se ha equivocado muchas veces, pero aclara que nunca ha sido de mala fe y, sobre todo, que nunca ha tenido agenda propia. “Mi personalid­ad no da para el sometimien­to”, recalca.

PONDRÉ TODO MI EMPEÑO Y COMPROMISO POR EL RESPETO DE LOS DERECHOS DE TRABAJADOR­ES

FEMENINA, NO FEMINISTA

¿Ese Ministerio será uno de los trabajos más “camelludos” que haya tenido? Ella sonríe y responde que cuanto más difícil mejor. Entonces recuerda que cuando el sonajero y las cábalas presagiaba­n que se le asignaría la cartera de Cultura, hizo uso de la paciencia que aprendió de su padre, Juan C. Arango, un oftalmólog­o que combinaba la medicina con el servicio social y fue alcalde de Cartagena dos veces. Esperó, y como dicen los campesinos que tanto admira: “Las cargas se irían acomodando en el camino”. Su nuevo cargo en el Ministerio es para muchos un “chicharrón”, se lo han dicho algunos de sus amigos más cercanos. Pero esta mujer de 1,62 metros de estatura y apenas 50 kilos es de las que han sacado adelante a su familia a fuerza de trabajo. Sus ojos pequeños y expresivos se le llenan de lágrimas cuando recuerda

y empresario­s, en el que la fraternida­d sea eje principal. A los jóvenes: empleo. A los niños: no al trabajo infantil”.

a su mamá, quien murió hace seis años. “Ella me ayudó a criar y a sostener a mis hijos. Soy una madre cabeza de familia como cualquiera de este país, con la diferencia de que algunas tenemos más oportunida­des que otras”.

En este nuevo gobierno, además de la vicepresid­enta Marta Lucía Ramírez, la oportunida­d para las mujeres en el gabinete ministeria­l se acerca al 50 por ciento. Con ella estarán Ángela María Orozco, en el Ministerio de Transporte; María Victoria Angulo, de Educación; Nancy Patricia Gutiérrez, del Interior; Carmen Inés Vásquez Camacho, en el de Cultura, y María Fernanda Suárez, de Minas y Energía. Y la lista no se queda ahí. Karen Abudinen es la nueva consejera presidenci­al para las Regiones; Gloria Alonso es la directora del Departamen­to de Planeación y María Paula Correa es la secretaria privada de la Presidenci­a. Durante ocho años Alicia ejerció ese cargo en el gobierno de Álvaro Uribe. Ella piensa que el presidente Iván Duque eligió bien su nueva tarea. “Donde pueda servirle al país, siempre estaré a gusto”, concluye..

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En su Twitter,@Aliciaaran­go, se presenta: “Amo a mis nietos, hijos y perro”.
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Alicia vive en Bogotá hace 44 años y nopierde su sabor y acentocart­agenero.

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