María Paz Gaviria
LA DIRECTORA DE ARTBO COMPLETA SEIS AÑOS DE GRANDES LOGROS PROFESIONALES QUE REVELAN SU PERSONALIDAD TRANQUILA Y, A LA VEZ, ARROLLADORA.
MUY ENTRADA la noche, María
Paz Gaviria recibió una llamada. Era sábado, 21 de octubre de 2017 para ser exactos. Del otro lado del teléfono, uno de sus colaboradores le avisaba lo impensable: la obra Media esfera roja, de uno de los grandes exponentes del arte cinético, Jesús Rafael Soto, había desaparecido. A solo cuatro días de la inauguración de Artbo nadie daba razón del paradero de la pieza de ocho metros, traída desde la galería León Tovar, de Nueva York, que iba a exhibirse en la sección ‘Sitio’. Lejos de perder la cabeza, la directora le pidió a su interlocutor que se calmara. “Respira”, le recomendó. Ella es así: tranquila, pausada. Su experiencia de seis años al frente de la Feria Internacional de Arte de Bogotá le da la certeza de que en el mundo del arte no existen emergencias. Esta anécdota, nunca antes contada, es la prueba de ello.
Se toma el tiempo para hablar, aunque rara vez tiene un espacio vacío en su agenda. Eso la hace interesante, profunda, generosa. A la hija del expresi- dente César Gaviria se le pinta la misma sonrisa que acompañó sus travesuras en el Palacio de Nariño, cuando habla de sus años de estudiante de Historia del Arte en la Universidad de Columbia en la Gran Manzana. “En mi niñez, uno de mis planes favoritos era visitar museos y talleres de artistas, como el del maestro Negret. A los 16 años hice una pasantía en la galería Ramis Barquet, de Nueva York, adonde me fui a vivir sola todo el verano. Esa fue mi primera experiencia en el mercado del arte”. Ahora transita una de las mejores etapas de su vida profesional. Siente que la edición 14 de la feria es la de cosechar lo que ha sembrado. “Es un momento de reconocimiento, gratificante, lleno de sorpresas y tensiones. Lo vivo con alegría”.
Dice que nunca se le acaba el “piense”. Este año trae una selección de 70 galerías de 19 países. De esta muestra de arte sobre 13.000 metros cuadrados destaca la curaduría de ‘Referentes’, dedicada a artistas que marcaron pauta en el arte contemporáneo, así como la participación de Pilar Tompkins, la directora del Vincent Price Art Museum de Los Ángeles, que trae unos diálogos históricos e intergeneracionales del rol de las mujeres.
Su filosofía es que todo tiene una manera creativa de ser resuelto. Como el año pasado: después de ese angustiante día, la obra del artista venezolano apareció en una bodega... Alguien se había equivocado..