Fucsia

“EL TIEMPO DETERMINA MI OBRA.

Mi trabajo está muy relacionad­o con el proceso y con la acción que ejerce el tiempo (...). Todo lo efímero deja huella porque estamos hechos de muchos niveles de energía aparenteme­nte inmanifies­ta, pero profundame­nte vital”.

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_ ¿De dónde surge su devoción por los páramos y el agua?

Venuz White (V. W.): Nació hace casi una década, cuando terminé sembrando cuarzos con los mamos en la Sierra Nevada de Santa Marta para recuperar una cascada que estaba seca; meses después brotó el agua y ahí me conecté profundame­nte con esa fuente de vida. A los páramos llegué tiempo después: vivía en un sitio cercano al páramo, donde la lluvia y el agua del rocío me llevaron a conocer los frailejone­s y su inmenso poder.

_ ¿Cómo encontró el camino del ritual que trae los espíritus del agua? V. W.: Surgió del encuentro con los sonidos devocional­es, los mantras y mi interés después de conocer a Masaru Emoto y su investigac­ión sobre los mensajes del agua, en la que describía y evidenciab­a científica­mente cómo la vibración de la palabra y el sonido la afectaban de manera molecular. Después llegué intuitivam­ente a los cristales de cuarzo, que afectan al agua con sus vibracione­s después de dejarlos sumergidos durante varios días. Pensé que a través de esos sonidos y del conocimien­to ancestral de nuestros territorio­s, donde el canto siempre ha estado asociado a la conexión con las fuerzas de la naturaleza, podría hacer que los espíritus se revelaran mediante el agua.

_ ¿Qué le susurra al agua?

V. W.: Mantras que se cantan de manera tradiciona­l, palabras que invitan a que esa energía natural se muestre.

_ Usted dice que les ha pedido a otras personas participar del ritual, pero no consiguen revelar el espíritu. ¿Qué les falta?, ¿devoción?

V. W.: Creo que todos potencialm­ente pueden hacerlo, pero la diferencia es qué tan conectado se esté con ese hacer, con la devoción y con el acto

de reconocer y venerar la vida oculta y la fuerza que tiene la naturaleza.

_ Usted utiliza elementos inasibles de la naturaleza como insumos de su obra: el aire, el agua, el fuego, las ondas, el tiempo… ¿Por qué?

V. W.: Porque todo lo efímero deja huella, porque estamos hechos de muchos niveles de energía aparenteme­nte inmanifies­ta, pero profundame­nte vital.

_ Usted es una artista, pero hay algo más... ¿Es una especie de pitonisa, de mística?

V. W.: Creo que todos los artistas y creadores en potencia son místicos porque dan vida a sus ideas desde otras dimensione­s. A mí me interesa crear desde un plano sutil, cósmico, aparenteme­nte intangible, podría decirse espiritual, pero al mismo tiempo humano, donde cuentan la armonía y la belleza de las formas en su manifestac­ión final.

_ Y también tiene algo de alquimista. ¿Cuál es su hallazgo más bello?

V. W.: Creo que es una alquimia poética. Uno de los hallazgos fue mi obra Vaho, cuya técnica es soplar burbujas cargadas de pigmento que, cuando explotan, dejan huella. Es hermosa. Visibiliza la huella del aire, de la respiració­n, de esta esencia que nos permite estar vivos, del aliento de vida como una metáfora del amor.

_ Además diseña telas y objetos… V. W.: A partir de Momentum, una obra inmersiva instalada en un ventanal de 10 x 30 metros, fotografié la tensión entre pigmentos y diferentes líquidos y la imprimí en papel traslúcido, que después adherí a las ventanas. Quería hacer una obra que se pudiera relacionar con otros públicos. De ahí surgió Bawoa (Be a Work of Art), el arte con el que se puede habitar en los espacios, en los textiles, en la iluminació­n, y quien lo lleva consigo se convierte en un amplificad­or, en una galería viva.

_ ¿El arte para qué?

V. W.: Para inspirar, para despertar, para manifestar, para unificar.

_ ¿A dónde quiere llegar con su obra de los espíritus del agua? V. W.: A generar conciencia respecto a que el agua es un elemento vivo.

_ ¿Arte y conciencia ecológica o ambiental están cada vez más cerca? V. W.: La naturaleza siempre ha sido una fuente de inspiració­n para pintores, escritores, músicos, cineastas… Hoy existe un gran interés porque estamos destruyénd­ola de manera acelerada, porque estamos desconecta­dos de la fuente natural y tan mediatizad­os que pensamos que resistirá el abuso humano. Mucha gente está despertand­o y creando acciones concretas. Yo, desde el arte, busco hacer un homenaje que inspire, que recuerde que en el agua se encuentra la naturaleza misma..

 ??  ?? Con el agua del páramo, vibrada durante unas ocho horas, la artista baña papel de algodón, que luego interviene con pigmentos para asir los espíritus.
Con el agua del páramo, vibrada durante unas ocho horas, la artista baña papel de algodón, que luego interviene con pigmentos para asir los espíritus.
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 ??  ?? La única obra de White que se puede ver actualment­e es la de la izquierda: Semilla de luz, hecha con vidrio reciclado y que emula una planta de cacao. Está en FLORA ars+natura, en la Zona T de Bogotá.
La única obra de White que se puede ver actualment­e es la de la izquierda: Semilla de luz, hecha con vidrio reciclado y que emula una planta de cacao. Está en FLORA ars+natura, en la Zona T de Bogotá.
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