Artesanía CON CABEZA
INSPIRADA EN LOS SOMBREROS WAYÚ, JULIANA GRANADOS DECIDIÓ CREAR WOMA HATMAKERS, UNA MARCA QUE PROTEGE Y RESALTA LAS TRADICIONES DE ESTA ETNIA.
En 2016, Juliana Granados Castillo, diseñadora de interiores con estudios en diseño de zapatos y accesorios en Barcelona, realizó un viaje a La Guajira que definió su camino profesional: la situación de vulnerabilidad de las comunidades wayú la llevó a pensar que podía trabajar junto a ellos y, de paso, resaltar una de sus técnicas ancestrales: el arte de tejer sombreros. “Regresé con el entusiasmo de crear mi propia empresa y trabajar en un proyecto en el que pudiera aplicar lo que aprendí fuera del país, integrándolo con productos nacionales que muestran nuestros saberes tradicionales”, cuenta.
Y así fue. Decidió desarrollar sombreros tejidos en palma mawisa con los artesanos de la etnia y creó Woma Hatmakers (de ‘uoma’ y ‘uwoma’, sombrero en wayuunaiki). “Hemos logrado hacer creaciones nuestras manteniendo la esencia del tejido wayú en cuanto a figuras geométricas y colores, así como la técnica milenaria de elaboración de sombreros, pero la forma y las medidas son creaciones originales de la firma”, dice.
Su misión, además de la fabricación de estos accesorios (que luego de ser tejidos son sometidos a un proceso de prensado, horma, decoración y etiquetado), es practicar el comercio justo para que los artesanos reciban el pago de lo que representan las horas de dedicación y el esfuerzo que requiere producir cada pieza. “Al trabajar directamente con las asociaciones comunitarias en varios municipios aislados de La Guajira generamos oportunidades de empleo, evitamos la explotación, fomentamos que las tradiciones ancestrales no se pierdan en las nuevas generaciones, que ya no ven oportunidades en el tejer y no quieren aprender, e incentivamos el respeto hacia el legado de nuestros ancestros, dándolo a conocer al mundo”.
Actualmente, la marca cuenta con seis referencias, que se venden en diferentes ciudades de Colombia, México, Estados Unidos y España, y amplió su portafolio gracias a la alianza realizada con un grupo de artesanas de Sandoná (Nariño), que fabrica sombreros en palma de iraca.