AIRE ACONDICIONADO
Este y el aire presurizado de las cabinas de avión son dos enemigos de la piel, pues tienden a deshidratar. En caso de exponerse a ellos, es fundamental aplicar brumas refrescantes, así como tomar suficiente agua y alimentos que la contengan para mantener la elasticidad y el correcto funcionamiento de la barrera cutánea que protege frente agresiones externas como los rayos solares y la polución.