UNA DUPLA INDISOLUBLE
ES INDISCUTIBLE EL PAPEL QUE HA DESEMPEÑADO EL SÉPTIMO ARTE COMO FUENTE DE INSPIRACIÓN PARA EL MUNDO DEL DISEÑO A LO LARGO DE LA HISTORIA, EN ESPECIAL DURANTE EL SIGLO XX. ¿QUÉ PELÍCULAS Y PROTAGONISTAS FUERON DETERMINANTES EN ESTA RELACIÓN?
INCESANTES HAN sido los coqueteos entre el cine y la moda desde comienzos del siglo pasado. De hecho, podría decirse que la gran pantalla fue la pasarela de los diseñadores de aquel entonces.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, en 1914, el cine se convirtió en una distracción necesaria; la industria creció desmesuradamente (al menos en Estados Unidos) y se inició la Edad de Oro de Hollywood con su narrativa y estilo clásico, cuya influencia se extendió hasta la década de 1960.
Justo en esa época, nace el llamado sistema de estrellas (star system), que les daba a los actores un doble rol: el de intérpretes, por un lado, y el de personajes públicos, por el otro, lo que elevó a muchos al grado de luminaria inalcanzable.
Muchas actrices fueron el modelo a seguir para millones de mujeres en el mundo, quienes se informaban a través de los medios de comunicación sobre lo que usaban o dejaban de usar, cómo se peinaban y cómo actuaban, tanto dentro como fuera del set. Muchos de sus atuendos fueron copiados y luego vendidos como pan caliente en tiendas por departamento.
Pero ¿cuáles fueron esas prendas?, ¿quiénes las portaban?, ¿qué filmes crearon tendencia? He aquí un recuento de los más influyentes.
DÉCADA DE 1920
La caja de Pandoray Diario de una mujer perdida, estrenadas en 1929, tenían algo en común: un mismo director, el austríaco G.W. Pabst, y una misma protagonista, Louise Brooks, actriz estadounidense considerada símbolo de la “Era del jazz” e imagen de la flapper por excelencia: llevaba pelo corto a lo garçon, vestidos rectos y holgados –algunas veces cortos–, tenía un carácter fuerte y su rebeldía desafiaba la época. Su look influyó, sin duda, la moda femenina de ese decenio.
DÉCADA DE 1930
Dos referentes femeninos marcaron la década: Marlene Dietrich, en Marruecos (1930) con su esmoquin masculino que causó revuelo y una infinidad de titulares en la prensa (fue la primera actriz en utilizarlo; años después, Yves Saint Laurent lo llevó a la pasarela); y Joan Crawford, en Letty Lynton (1932); el vestido de organdí blanco con enormes mangas de volantes que usó la actriz en la película del director Clarence Brown fue copiado ese mismo año por Macy’s, que vendió más de 500 mil en Estados Unidos. Ambos fueron una creación de Adrian, famoso diseñador de vestuario.
DÉCADA DE 1940
Rebeca (1940), de Alfred Hitchcock, no solo se alzó con el Óscar a mejor película, también hizo popular una prenda llevada por Jean Fontaine, su protagonista, que luego sería imprescindible del armario femenino: una chaqueta de punto abierta por delante, sin cuello y con botones que es conocida como “rebeca” (cárdigan). Dos años más tarde, Humphrey Bogart, en Casablanca (1942), le dio a la gabardina el estatus de “objeto de deseo.”
DÉCADA DE 1950
En este periodo, Marlon Brando y James Dean tuvieron un importante papel en la evolución del vestuario masculino. El primero, por Un tranvía llamado deseo (1951), filme con el que puso de moda la camiseta blanca de algodón y manga corta, que hoy día es un básico; y el segundo, por Rebelde sin causa (1955), por la que hizo mundialmente famosa la cazadora (chaqueta) de cuero, símbolo de rebeldía juvenil.
Por el lado femenino, Marilyn Monroe, asociada usualmente al famoso vestido de satín voladizo de La tentación vive arriba (1955), enfundó sus curvas en unos Levi’s que pasaron a la historia en Río sin retorno (1954) y más tarde en Los inadaptados (1961). Por su parte, Grace Kelly y Brigitte Bardot se convirtieron en embajadoras mundiales del glamour de la Costa Azul; la primera, con un traje de baño enterizo, pareo y turbante amarillo y lentes de sol ojo de gato, en Para atrapar a un ladrón, de Alfred Hitchcock (1955), y la segunda, por el bikini que lució en Y Dios creó a la mujer (1956) y que puso a soñar a muchas con llevar esa prenda.
DÉCADA DE 1960
No hay un little black dress en el cine más famoso que el de Desayuno con diamantes (1961), una creación de Hubert de Givenchy, para Audrey Hepburn. Aunque la silueta había sido ideada por Coco Chanel en los años 1920, fue en la película, y por la actriz, que se convirtió en una de las prendas icónicas de la historia del siglo pasado. También lo fue el look retrofuturista de Jane Fonda en Barbarella (1968), que dio a conocer al público general esta particular tendencia. Bonnie y Clyde (1967) fue otra gran influencia en la moda de la década, en especial el estilo de su protagonista, Faye Dunaway: boina, corte bob, suéter y una de las grandes novedades de la época: la falda midi.
DÉCADA DE 1970
Grease (1978) llevó a la década del peace and love la estética apastelada de los años 1950 (faldas con volumen, blusas blancas, pañuelos anudados al cuello y cintas en el pelo) y el rockabilly de la década de 1960 (chaquetas de cuero, jeans desgastados y camisetas ajustadas) a través de sus dos protagonistas, Olivia Newton-john y John Travolta. La cinta ha sido fuente de inspiración para diseñadores y marcas en el mundo, al igual que Fiebre de sábado en la noche (1977), que retrató la estética nightclub de los setenta y encumbró a John Travolta como símbolo sexual, y El Gran Gatsby (1974), con el que Theoni V. Aldredge y Ralph Lauren retrataron magistralmente los tiempos de la “Era del jazz” y las flappers. Sería imperdonable dejar de mencionar el outfit de aire masculino que Diane Keaton inmortalizó en Annie Hall (1977) y que también ha sido referente para el mundo de la moda.
DÉCADA DE 1980
La línea masculina de Giorgio Armani no hubiera logrado una entrada triunfal al mercado estadounidense sin la influencia de Gigoló americano (1980) y de su protagonista Richard Gere, quien cambió la manera de llevar un sastre, más relajada e informal. Entre tanto, Top Gun (1986), con Tom Cruise a la cabeza del reparto, volvió a poner en tendencia el look de piloto, protagonizado por la cazadora deportiva de piel y las emblemáticas Ray-ban Aviator.
FINALES DE LOS AÑOS 1990, COMIENZOS DE 2000
Matrix (1999), con su estética futurista de largos abrigos negros, pantalones de látex y gafas deportivas; American Psycho (2000) y el impecable estilismo del hedonista Patrick Bateman, encarnado por Christian Bale, y Los excéntricos Tenenbaum (2001) y su estética hipster, les ofrecieron a los diseñadores de ese periodo estilismos dignos de replicar en las pasarelas..