Tentaciones que pesan
¿POR QUÉ HAY METABOLISMOS QUE NO SOPORTAN ALIMENTOS TAN RICOS Y SALUDABLES COMO PESCADOS, MARISCOS, CHOCOLATES, CÍTRICOS Y HUEVOS, ENTRE OTROS?
La dificultad para digerir ciertas comidas no es lo mismo que la alergia alimenticia.
LA DIFICULTAD para digerir ciertas comidas es muy común, pero no es lo mismo que la alergia alimenticia, que involucra el sistema inmunológico. La buena noticia es que hay mayor claridad en cuanto a lo que producen estas intolerancias. Por ejemplo, la tiramina presente en el chocolate y ciertos quesos, les dispara el dolor a quienes sufren de migraña. La histamina, que contienen pescados como el atún y la caballa, puede provocar náuseas y vómito, mientras que los sulfitos de los frutos secos y la tartrazina de los colorantes desatan o exacerban el asma.
Las causas de este mal son hasta ahora desconocidas por la ciencia médica, en gran parte de los casos. En un estudio realizado en Inglaterra en alrededor de 10.000 pacientes, los alimentos más asociados por ellos con la intolerancia fueron chocolate, aditivos, cítricos, pescado, mariscos, leche, queso, huevos y nueces. Los síntomas mayormente mencionados fueron rinitis alérgica, dolor de cabeza y articulaciones, rasquiña, urticaria y mal de estómago.
Pero hay que advertir que este análisis no discriminó entre intolerancia y alergia, pues los síntomas suelen coincidir y en las pruebas es imposible distinguir la una de la otra. Para complicar las cosas, algunos alimentos causan ambos trastornos. Así, hay personas cuya intolerancia a la leche de vaca les causa inflamación y diarrea, y ello se debe a que su sistema digestivo no la va bien con la lactosa. En cambio, la alergia a este mismo alimento, razón de urticaria en quienes la padecen, es obra de la beta lactoglobulina, presente en el suero de la leche.
El primer paso para liberarse de estas molestias, es eliminar de la dieta los productos que puedan estar causándolas, según la American Academy of Allergy, Asthma and Immunology. Como no existen pruebas muy detalladas que arrojen cuál es específicamente el alimento que suscita la intolerancia, es cuestión de ensayo y error. Al respecto, no hay que olvidar que cada organismo es
un mundo diferente, lo que a unos les hace daño, a otros no, entonces cada cual está llamado a elaborar su propio manual de instrucciones.
En el caso de la mujer, hay un par de factores para tener en cuenta: la mente y las emociones. Según un estudio reciente, el 45 por ciento de las que sufrían de colon irritable identificaron la ansiedad y el estrés como el origen de ello y no les faltaba razón, dado que la conexión entre el sistema digestivo y el cerebro explica muchas cosas. Así, no es una casualidad que cuando alguien está conmovido diga que siente mariposas en el estómago y que a la hora de hablar en público se experimenten ganas de vomitar. La causa es que ese vínculo entre cabeza y estómago se interrumpe cuando aparece la ansiedad y eso afecta el equilibrio de la digestión. La recomendación al respecto es manejar las emociones y guiarse por las reacciones del cuerpo, dejar que este hable y escucharlo. De todas formas, se trata de un asunto muy complejo y lo mejor siempre es consultar a un especialista..