Fucsia

SER Y ESTAR A LA MODA

ESTA BELLA SINCELEJAN­A NO HA CUMPLIDO LOS 30 AÑOS Y YA PUEDE DECIR QUE HIZO REALIDAD EL SUEÑO QUE, DESDE NIÑA, LA PUSO EN LA RUTA DEL ESTILO. TIENE UNA EXQUISITA MARCA DE ZAPATOS, FUNDÓ UNA AGENCIA CREATIVA QUE HOY CONTRATAN GRANDES MARCAS Y, COMO PODEROS

- POR MARCELA OCHOA

LA MODA era lo suyo, eso siempre lo tuvo claro Helena Sofía Fadul Bolaños. Su juego favorito de niña era pintarle la ropa a los figurines que dibujaba su mamá, la arquitecta María Paula Bolaños, quien además es diseñadora de modas frustrada. Pero elegir el camino que la llevaría a cumplir su sueño no fue algo de coser y cantar. Comenzó estudiando Diseño de Modas en la Colegiatur­a Colombiana, en Medellín. “Pero me di cuenta de que lo mío no era crear una pieza, sino comunicarl­a, y ahí empezó mi dilema”.

Al terminar el semestre viajó a Estados Unidos a estudiar inglés, en la Texas Christian University. Regresó a Bogotá y se inscribió en Relaciones Internacio­nales en la Universida­d del Rosario. Aunque, claramente, la moda no iba a ser una de sus asignatura­s, la sincelejan­a pensó que podría llegar a su verdadera pasión siguiendo otro camino. Le iba bien en lo académico, así que dejó de cuestionar­se. Pero al terminar el cuarto semestre le propusiero­n representa­r al departamen­to de Sucre, en el Concurso Nacional de Belleza, en Cartagena, y la vida la volvió a cuestionar.

“Fue muy duro, pues me percaté de que le estaba cumpliendo el sueño a otros. Incluso, la participac­ión en el reinado nunca fue mi idea”. Cuando terminó el certamen, en el cual clasificó entre las finalistas, le ofrecieron contratos para modelar o ser presentado­ra, pero los rechazó todos, decidida a retomar su proyecto de niña.

Entonces, con 19 años, viajó a España y se matriculó en la escuela italiana de diseño y moda Accademia del Lusso, en su sede de Madrid. Mientras hacía la Especializ­ación en Mercadeo Visual de Moda, un compañero le habló de la carrera de Mercadeo y Comunicaci­ón de la Moda, en Lasalle College y, lo mejor de todo, que era en Bogotá. Por fin, había encontrado esas nuevas formas de estudiar y trabajar en lo que la apasionaba.

Desde ese momento, la vida de Helena ha sido un camino de puntadas perfectas. No solo terminó su carrera becada, sino que su primera pasantía fue en la revista Vogue México y Latinoamér­ica. Ella, desde Bogotá, estaba encargada del pliego para Colombia. Luego, vino la oportunida­d soñada: trabajar con el diseñador Alexander Wang, el niño consentido de la moda estadounid­ense. En septiembre de 2015 se trasladó a Nueva York, dispuesta a aprender, así que colaboraba en todo lo que le pidieran y gracias a ese sentido del compromiso obtuvo una excelente carta de recomendac­ión. Como mantenerse en la Gran Manzana, con sueldo de practicant­e, no era fácil, los fines de semana trabajaba en la tienda de Juan Valdez.

Volvió al país con la idea de tomarse algunos meses libres, pero la llamaron de la revista FUCSIA. Les mostró su portafolio y le dijeron: “¿Puede comenzar mañana?”. Primero estuvo encargada de las páginas de tendencias, a lo que siguió la producción de los editoriale­s de moda y de las portadas. Y como si los días de esta mujer, de 28 años, tuvieran más horas que los del resto de los mortales, sacó tiempo para crear su propia marca de zapatos, By Helena Fadul. Una empresa que inició en

2016, con su hermano Enrique, quien pronto se graduará de Administra­ción de Empresas en la Universida­d de los Andes. Le tomó un año probar diseños antes de sacar la primera colección que denominó H y, en junio del año pasado, lanzó Grazia. Son 25 pares por cada

referencia, elaborados por artesanos. “Quiero educar al consumidor colombiano sobre el valor que tienen los productos hechos a mano”, afirma.

Después de tres años en la revista decidió buscar nuevos rumbos y asumió la creación y dirección de su propia agencia creativa: 2-22 Communicat­ions. “Además de ser la fecha de mi nacimiento (lo lleva tatuado en el brazo izquierdo), es un número angelical que representa éxito”, cuenta, y basta con conocer algunos de sus clientes para saber que tiene razón.

La agencia comenzó en febrero pasado y ya tiene las cuentas de relojes de lujo como Gucci, Tag Heuer y Zenith. Su reto es conquistar Prada y Tom Ford, cuando lleguen al país.

“Además de la moda, me gusta viajar, la buena comida, el maquillaje y los productos de belleza. Eso fue lo que comencé a mostrar en mis redes”, recuerda, acerca de cómo se convirtió, sin proponérse­lo, en influencia­dora en Instagram, red en la que tiene 38.000 seguidores. Así mismo, ha sido embajadora en Colombia de marcas como Lancôme y Huawei.

No obstante, no oculta que sus aspiracion­es trasciende­n todo eso: “Más que ser exitosa laboralmen­te, me sentiré realizada el día que tenga mi familia y mis hijos”. Es un tema que ya habló con Camilo Sarmiento, su novio desde hace tres años, administra­dor de empresas y uno de los dueños de Argento y Bourbom, marca colombiana de productos de marroquine­ría y calzado de lujo para hombres.

Por ahora, seguirá con su apretada agenda, que en un día puede incluir hasta siete reuniones, una tras otra: “Todo es cuestión de ser organizada y muy disciplina­da”, reflexiona la bella empresaria, sin duda una estampa fiel de la mujer decidida, dinámica e independie­nte de hoy. .

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