¿HEROÍNA O NIÑA EXPLOTADA?
¿QUÉ HAY DE CIERTO EN LOS RUMORES DE QUE EL FENÓMENO DE LA ACTIVISTA SUECA POR EL MEDIO AMBIENTE ES UNA FARSA PARA BENEFICIAR A SUS PADRES?
SOLO TIENE 16 años y ya es una figura mundial a la que se ama o se odia, no hay término medio. Su airado “¡Cómo se atreven!”, que les espetó hace poco a los líderes mundiales en la ONU en Nueva York, resonará en la lucha por la conservación del planeta, aunque solo el tiempo dirá cuán eficaz fue restarle tiempo a su vida de colegiala para echarse semejante peso encima.
Porque el acoso que ha enfrentado Greta Thunberg no ha sido cualquier cosa. Tras su memorable intervención en la ONU, en la cual exigió acciones urgentes para frenar el cambio climático, Dinesh D’souza opinó en Fox News que su look era como para un poster de propaganda nazi. El presentador inglés Jeremy Clarkson afirmó que el “colapso” de esta “niña malcriada” en Nueva York lo enfermó. El magnate del lujo Bernard Arnault, dueño de marcas como Christian Dior, cree que ella desmoraliza a los jóvenes con su “catastrofismo”. Donald Trump, quien seguro se sintió aludido con las increpaciones de Greta, ya que niega el cambio climático, la describió con su habitual sarcasmo en Twitter: “Parece una jovencita muy feliz y con anhelo de un futuro brillante y maravilloso. Algo muy bonito de ver”.
A Greta la llaman “mocosa fastidiosa” y “loca”, en alusión al síndrome de Asperger que padece. La saña ha sido tal, que el empresario británico Arron Banks no tuvo pudor en decir que debió ahogarse en su travesía por el Atlántico en el barco Malizia II, en el cual llegó a la Gran Manzana desde Europa, ya que, consecuente con su cruzada anticontaminación, nunca viaja en avión.
Greta no contesta insultos ni críticas, pero el chisme de que su fama es orquestada sí la hizo reaccionar. Uno de los primeros en propagarlo fue el político Jimmie Åkesson, quien asegura que todo se trata de una campaña para promocionar el libro Scenes from the Heart, en el cual Malena Ernman, madre de Greta, cuenta cómo ella vive con Asperger, mientras que su hermana Beata sufre trastorno por déficit de atención e hiperactividad. En el texto, la artista relata que las niñas influenciaron para que ella y su esposo, el actor Svante Thunberg, se sensibilizaran con
la preservación ecológica e hicieron que se volvieran veganos.
Detrás del plan para vender más ejemplares estarían no solo Malena y Svante, sino Ingmar Rentzhog, consultor de relaciones públicas de la agencia We Don’t Have Time, que lucha contra el cambio climático. De él se dice que le escribe los discursos a la joven y gestiona su agenda de prensa. A muchos les resultó sospechoso que la primera protesta de Greta, en agosto del año pasado, durante la cual se apostó a las puertas del parlamento sueco con un cartel que decía “Skolstrejk för Klimatet” (Huelga escolar por el clima), coincidiera con el lanzamiento de la obra de Malena, conocida cantante de ópera y pop en su patria. Por esos días, así mismo, Rentzhog empezó a hablar de la joven en Facebook.
Greta aclaró que el libro estaba programado para mayo, pero salió por la época en que empezó sus reivindicaciones, debido a inconvenientes que lo retrasaron. A Rentzhog, explicó también, solo lo conoció el día de la primera manifestación porque él la abordó y recordó que su madre siempre tuvo la intención de donar el dinero de la venta de sus memorias a causas benéficas.
Eso sí, la niña admitió que Rentzhog y la agencia usaron su nombre sin su conocimiento para obtener beneficios, al punto que la entidad se valorizó en más de un millón de dólares.
La teoría de conspiración también ha sido apoyada por periodistas como Henrik Alexandersson, quien sostuvo que el discurso de Greta en la conferencia sobre el cambio climático en Polonia, en 2018, no fue escuchado por una nutrida concurrencia, como se difundió, sino en un salón casi que vacío, pero no hay fotos ni videos para comprobarlo. Malena, por su parte, negó el montaje y reveló que, en principio, ni siquiera apoyó a su hija en emprender la protesta, pues su deber como madre es asegurarse de que no suspenda su educación.
Greta Thunberg nació el 3 de enero de 2003 en Estocolmo, donde vive con sus parientes en un apartamento ubicado en un apetecido y céntrico sector de la capital. A los 8 años, oyó por primera vez del cambio climático y se deprimió al saber que nadie hacía nada para detenerlo. A los 11, dejó de hablar en protesta por ello, y un año más
LA LLAMAN “MOCOSA FASTIDIOSA”
y un alto ejecutivo dijo que debió haberse ahogado en su travesía en barco por el Atlántico.
tarde le diagnosticaron el Asperger, una enfermedad de tipo autista que implica problemas para interactuar y comunicarse, obsesiones extremas con intereses muy específicos, una gran fluidez verbal y un cociente intelectual por encima del promedio en ciertos casos.
Greta comenzó sus huelgas de los viernes inspirada en las que realizara el también activista Bo Thorén. A los seis meses, ya era una sensación mundial, pues más de un millón de jóvenes de
123 países seguían su ejemplo y ella recorría los parlamentos europeos.
Los que la conocen aseguran que es pequeña, callada, abrumada a menudo por la atención que recibe y que sus respuestas son directas, pero sinceras, algo que quizá se deba al Asperger. Desconcierta, expresan, porque se ve menor de lo que es, pero habla con un tono inusualmente autoritario en una niña.
Otra dramática curiosidad es que el blanco de sus encendidas alocuciones no son los que refutan el cambio climático, sino los mismos políticos que la elogian y la invitan a hablar del tema, pero no están ideando soluciones. En todo caso, qué duda cabe de que la adolescente activista ha hecho más popular la necesidad de una política decidida acerca de uno de los mayores problemas de la Tierra..
DEJÓ DE HABLAR A LOS 11 AÑOS
porque nadie hacía nada por atajar el cambio climático.