LA MAGIA ESTÁ EN LA MEZCLA
En Becara usted puede encontrar desde un detalle decorativo hasta un comedor o una sala. Esa es su magia: un universo de buen gusto y originalidad para personalizar sus espacios.
Si usted compra, digamos, una sala en Becara, no se sorprenda si además de los muebles le llegan Natalia Londoño y Claudia Jaramillo a su casa, porque lo que distingue a Becara es su servicio personalizado: no solo le asesoran en el almacén, sino que le aconsejarán cómo disponer su nueva adquisición, porque les encanta dejarlo todo perfecto, hasta el florero. Claudia y Natalia fueron compañeras de colegio, se conocen de toda la vida y coincidieron por varios años en Madrid. Ahí se enamoraron de Becara. En un almuerzo, Natalia conoció a Begoña Zunzunegui, la fundadora de Becara, quien un día le propuso traer la franquicia a Colombia. Después de trabajar a marchas forzadas, este par de emprendedoras abrieron la primera franquicia de Becara en Latinoamérica en el 2012. Desde entonces, entrar a su bella casa de conservación es un sueño: los muebles, los textiles, la gran variedad de objetos y hasta las flores comunican la calidez de una marca que habla de elegancia atemporal, que ofrece texturas y acabados maravillosos en sus muebles, textiles, lámparas y objetos, y que, sobre todo, se dejan combinar para lograr el estilo que se adecua a la personalidad de cada cual, porque como ellas predican, “la magia está en la mezcla”.
Además de la venta y asesoría a particulares, el área de Contract de Becara se dedica a montar otro tipo de proyectos, como los apartamentos modelo de muchas de las más importantes constructoras del país, zonas comunes de edificios, hoteles y restaurantes.