ROOM SERVICE
HUBO UNA ÉPOCA EN LA QUE LA MEJOR CARTA DE PRESENTACIÓN DE UN HOTEL ERA HACER SENTIR AL HUÉSPED “COMO EN CASA” ¿En serio? Hoy nadie quiere estar en su casa en sus vacaciones. Y menos en un viaje. ¿Se imaginan no comer comida india en la India? ¿O no tomar una siesta en una hamaca en La Guajira? Ya nadie viaja con tantas prevenciones como en el siglo XX. Todos queremos absorber el mundo. Y los hoteles –con una competencia feroz con Airbnb– han entrado en una era de atrevimiento fantástico. Sus arquitectos y sus diseñadores de interiores se apoderan y se apropian de su entorno y de su cultura; llevan la calle o la playa hasta la habitación. Y se siente bien. Los viajeros del siglo XXI han sido afortunados: para vivir “la experiencia local” también tienen una opción de hoteles cinco estrellas.
En esta edición presentamos hoteles en situaciones extremas, la selva de Bali, los volcanes congelados de Islandia, la aristocrática campiña inglesa, la eterna sofisticación parisina, el paraíso de las Maldívas (donde todos deberíamos tener derecho a pasar una noche, por lo menos) y la insuperable onda de Los Ángeles. Es una edición para antojarse, para planear estas o sus próximas vacaciones, porque sin duda el hotel, el lugar donde dormimos, descansamos o pasamos los mejores ratos con nuestros seres queridos, es una parte indispensable de esa experiencia.
Hagan la prueba; piensen en un lugar donde hayan estado y, sin duda, volverán a su memoria las sábanas de un hotel, un desayuno de maravilla o una vista insuperable de la ciudad.
Disfruten.