UN LUGAR LIMPIO Y BIEN ILUMINADO
Trabajar en casa es la “nueva normalidad”. Los cambios han sido bruscos para todos. La falta de ejercicio –sobre todo para los que disfrutamos especialmente los deportes al aire libre–, la angustia natural de una cuarentena, el tener que mezclar oficios, trapear, hacer el arroz, escribir un trabajo para una especialización, lavar la ropa, ayudarles a los niños en sus tareas, limpiar el polvo, presentar un informe para una junta, revisar la contabilidad de una empresa o inventar un nuevo negocio porque el nuestro está en bancarrota, nos tienen a todos en una angustia permanente. En medio del desastre, nuestros hogares, para los que tenemos la fortuna de tener un techo, nos han brindado pequeños instantes de luminosidad. En mi caso, ordenar el escritorio, ese invento fantástico que nos acompaña desde que los monjes medievales se dedicaron a transcribir la Biblia en sus pergaminos, ha sido una verdadera terapia para mi salud mental.
En esta edición, preparamos un especial sobre lo que significa trabajar en casa y –además de unos grandiosos ejemplos– les entregamos algunos tips para que el trabajo mantenga la armonía que necesita. Otra de las grandes lecciones de la cuarentena ha sido descubrir el valor del interiorismo en nuestra piel, ¿cuántos de ustedes no han quitado tapetes y alfombras, intercambiado muebles o llenado la pared de huecos para reorganizar su colección de arte? Hicimos una convocatoria en Instagram para que nos mostraran los rincones favoritos y en estas páginas van a encontrar unas fotos sensacionales de las personas que participaron en el reto.
Disfruten sus casas: es el mejor remedio que conocemos para la cuarentena.