Exterior
El Santuario del Gusano de Seda, en México, es un bello ejemplo de cómo la arquitectura se integra a un entorno geográfico y cultural para preservar los oficios.
El Santuario del Gusano de Seda se inserta entre las montañas de la sierra norte de Oaxaca para preservar la materia prima y el arte de la comunidad indígena zapoteca que, desde hace siglos, se dedica a su crianza y a la elaboración de prendas de seda.
E“Era como tener la nada entre los dedos” Seda, Alessandro Baricco
En San Pedro Cajonos, en la sierra norte del estado de Oaxaca, está una de las comunidades indígenas con mayor tradición de sericicultura; es decir, de la crianza de gusanos de seda para obtener los capullos de los que resulta la seda textil. Por eso crearon un santuario; un lugar dedicado a preservar los conocimientos que hacen posible el desarrollo de esta materia prima imprescindible para conservar e impulsar la tradición textil de esta comunidad zapoteca.
La topografía del lugar es accidentada, voluptuosa; es por eso que el edificio está compuesto de diversas plataformas que se conectan entre sí para respetar los altos y bajos del terreno y también para preservar los árboles que ya estaban ahí. La estructura fragmentada e interconectada por rampas fue afortunada, ya que cada laboratorio debe contar con temperatura y humedad distintas. Los materiales como concreto, hierro y cristal fueron pensados por su perdurabilidad y bajo costo de mantenimiento, importantes al ser un edificio público.
La recepción del edificio cuenta con un área de estar, una zona museográfica donde se guardan algunos implementos ancestrales que se usaban para esta técnica y también está el área para el cuidado de los huevos y la zona de apareamiento. Además, hay un patio dispuesto para el teñido de diferentes artesanías. En el siguiente salón, al que se accede a través de una rampa, hay un espacio con humidificadores, mesas de trabajo y una terraza que mira al oriente.
Más adelante se ubican unas escaleras para entrar a un volumen que alberga “camas” donde más de veinte mil gusanos pueden completar su etapa de crecimiento; una escalera suspendida conecta con el hilandero donde se extrae la seda y se resguardan distintos tipos de hilos. Más adelante hay una tienda donde se consiguen productos de seda y derivados del gusano. El recorrido finaliza en unas azoteas donde se tiene conexión directa con la naturaleza y se llevan a cabo actividades culturales y de divulgación.
Esta edificación, particular y necesaria, diseñada por LAMZ Arquitectura en cabeza del arquitecto Luis Alberto Martínez Zúñiga, se inauguró en el 2020 y se espera que sea un espacio que, por su entramado, su locación y su contenido, se convierta en un punto de referencia artesanal, arquitectónico y museográfico en la comunidad.