PROCLIMA: TRABAJO HOGARENO
La propietaria de Proclima —empresa que emite créditos de carbono para la mitigación del cambio climático— trabajaba desde su casa, pero anhelaba un espacio. En casa las rutinas se confunden, los horarios se alargan o se contraen, las distracciones abundan. No quería, sin embargo, gastar horas en trayectos asfixiantes. Se puso en la tarea y encontró una oficina de 55 metros cuadrados justo frente al edificio en que habita. Arreglarse, salir y cruzar la avenida le brindan la separación física y emocional necesaria para enfocarse en su trabajo.
Para Antonio Yemail, aquí la necesidad fue “cómo ampliar la casa. Ahora la casa sale a la ciudad cuando, durante la pandemia, la cosa era al revés: la ciudad estaba dentro de la casa”. Es un hecho, sin embargo, que algo del espíritu hogareño se quedó con nosotros, por eso esta oficina tiene un aire doméstico que se impregna en la calidez lograda en un proyecto cuidadoso en el que cada detalle aporta al todo.
Lo primero fue romper el cielorraso para ganar altura y liberar el espacio en planta. Pintar los casetones del techo del mismo color que el nuevo piso de guáimaro en espina de pescado acentúa la horizontalidad del espacio —determinada por la ventana por la que asoman los yarumos y tejados de las casas del barrio— con un zócalo de madera. La espacialidad aquí invita al movimiento, por eso los muebles están un poco sobredimensionados, y nada estorba a la circulación. Los escritorios fueron diseñados por Yemail, con formas poligonales de terminados exquisitos que no se tocan, mientras que las sillas provienen de Ultramodernas. Juntos le dan al espacio un toque Mid Century cálido y acogedor. Además del precioso interiorismo, hay otros tres elementos para destacar. Está la estructura de madera que esconde el baño y los servicios, que también funciona como espacio para el café y para colgar la pantalla que da a la sala de juntas. Está la estantería, ligera, de formas curvas, que se posa ligera en el piso con elegante sencillez, que separa la sala de juntas del puesto de trabajo principal y el área adyacente, con mesas de trabajo contra la pared y una pequeña salita que invita a la lectura. Por último, la iluminación. Cada luminaria fue diseñada a la medida y hace un homenaje al diseño escandinavo de los años cincuenta, en especial a las lámparas de Arne Jacobsen y su manera de utilizar la luz. Las lámparas en plafón en la sala de juntas logran un rico contraste con el papel tapiz de trazos azul pastel. En el diseño de iluminación fue esencial la colaboración de Espella Group.
ESTA OFICINA TIENE UN AIRE DOMÉSTICO QUE SE IMPREGNA EN LA CALIDEZ QUE PERMEA EN UN PROYECTO CUIDADOSO EN EL QUE CADA DETALLE APORTA AL TODO.