BRIGITTE MACRON. ¿CUCHIBARBIE O MUJER DE SU TIEMPO?
A la primera dama de Francia la critican porque usa faldas muy cortas para sus 64 años. Pero los teóricos galos salen en su defensa y explican el significado subversivo de los códigos de su vestuario.
A pesar de que la primera dama de Francia eligió a Louis Vuitton para sus apariciones oficiales, es cuestionada por usar faldas muy cortas para sus 64 años. Algunos explican el significado subversivo de su código de vestuario.
Como si no fuera suficiente
con el carácter poco convencional de su historia de amor con el presidente Emmanuel Macron, a quien le lleva 24 años y enamoró cuando era un adolescente en un colegio jesuita de Amiens, Brigitte Trogneux ahora escandaliza por su ropa. Si bien eligió a Louis Vuitton, estandarte del gusto francés, para sus apariciones como primera dama, ha sido blanco de comentarios sexistas y malévolos porque en los actos en el Palacio del Elíseo y en las citas internacionales, su estilo no encaja con lo que se espera de la mujer de un mandatario. El largo de sus faldas, varios centímetros arriba de la rodilla, es lo que más quejas despierta, pues son vistas por algunos como poco adecuadas para una abuela que representa al país cuna de la alta costura. “Esa edad mayor le permite hacer lo que quiera”, le dijo a Paris Match el modisto Azzedine Alaïa, favorito del jet set, quien insta a las mujeres a imitarla en no avergonzarse de sus gustos en aras de los convencionalismos. Por su parte, Catherine Schwaab, redactora jefe de moda de la revista, declara que sus
trajes cortos no son indecentes y que ella es elegante. “Frente a Melania Trump, Brigitte es más mimi (linda), delicada, viva, enérgica y, sobre todo, más sonriente”.
La revista Challenges, de la misma casa editorial de Le Nouvel Observateur, les pidió a expertos de varias disciplinas que estudiaran el ropero de Brigitte y, antes que una mujer que se resiste a envejecer con atuendos desfasados (lo que en Colombia se conoce como una ‘cuchibarbie’), se encontraron con una primera dama de avanzada.
“Tiene una gramática del vestuario en la que sobresalen la línea y el color”, explica Denis Bertrand, profesor de semiótica y literatura de la Universidad Paris VIII. Sobre las primeras, explica: “La alineación es omnipresente en los cortes, los botones, las cremalleras y las piernas, visibles gracias a los vestidos cortos y a los pantalones pi-
“Brigitte simboliza, a través de su estilo, las fronteras cada vez más porosas entre las generaciones”, dijo la revista francesa Challenges.
tillo”, señala el especialista, antes de revelar: “Las piernas son su vínculo con su esposo, quien también usa los pantalones angostos, lo que le da un aspecto de animal de cuatro patas en marcha”.
Alain Faure, director de investigación del Centre National de la Recherche Scientifique de L’université de Grenoble Alpes, explica su discutido gusto por mostrar las rodillas recordando que estas generan movimiento y que en el caso de la primera dama evocan modernidad y libertad. “Sus rodillas a la vista recuerdan las minifaldas, pero no las que usan las millenials sino las de las mujeres de los años setenta”. “Brigitte Macron expresa una modernidad un poco vintage. Las siluetas de sus trajes se remiten a los códigos de la liberación femenina”, resume Bertrand.
En cuanto a los colores, los especialistas destacan su gusto, compartido también con el presidente, por el azul, tan simbólico y sugerente. “Es un tono consensual. La sociedad se ha forjado alrededor de él pues ha simbolizado a la Virgen María, la aristocracia, el romanticismo, las entidades internacionales y es el color del jean”. Por otro lado, el especialista en lujo y moda Serge Carreira asegura que encarna neutralidad y contrarresta el significado triste del negro. “Es el color francés por excelencia, de sus armas y el que portaba Robespierre. Además, es una elección puramente racional, fruto de la dictadura de la televisión, pues registra muy bien en la pantalla”, comentan Francois y Dominique Gaulme, autores del libro Les habits du pouvoir (Los vestidos del poder).
Challenges subraya que Brigitte es cuestionada porque no se parece a ninguna de sus antecesoras. “Sin duda, ella va a hacer evolucionar y revalorizar el rol de primera dama”, opina el historiador Pierre-emmanuel Guigo, al tiempo que compara su grado de compromiso con el de Michelle Obama, aunque no la ve como una mujer del poder sino influyente.
En beneficio de ello, su vestuario funcional, minimalista, la proyecta como una primera dama profesional, un poco al estilo de Carla Bruni, afirma Denis Bertrand, quien recuerda que igual que Coco Chanel, Brigitte “inventa su vida por medio de la manifestación de un sentimiento de ruptura a través de sus elecciones”.
Alan Faure concluye que Madame Macron es una mujer de su tiempo, que acepta relatar su historia íntima, comprende la cultura de la celebridad y no vacila en orquestar hasta el último detalle de su aparición en la portada de Paris Match. Serge Carreira cree que representa las fronteras porosas entre las generaciones, a través de la actualidad de su estilo: “Mientras que sus predecesoras se vestían según su edad, ella no deja que ser abuela le dicte su propia moda y
transformación”.• encarna así una
Por primera vez en la histor ia, el vestuario de la primera dama es prestado y tiene que devolverlo tras usarlo, como las estrellas de cine en la alfombra roja.