IÑAKI URDANGARIN. EL CUÑADO REAL TRAS LAS REJAS.
El esposo de la infanta Cristina de España se convierte en el primer miembro de la familia real en ser encarcelado por corrupto.
El esposo de la infanta Cristina de España es el primer miembro de la familia real en ir a la cárcel por corrupción.
Bajo los gritos
de “¡chorizo!” (ratero), “¡ladrón!” y “¡el Borbón a prisión!”, fue recibido y despedido Iñaki Urdangarin por la multitud que se agolpó a las puertas de la Audiencia de Palma de Mallorca. Había acudido allí para recoger el mandato judicial que le ordenaba ingresar en un centro penitenciario, donde deberá permanecer por cinco años y diez meses de acuerdo con la sentencia que le impuso un tribunal de las islas Baleares al comprobarse que incurrió en siete delitos, entre los que se cuentan malversación de caudales públicos, delito contra la hacienda pública, tráfico de influencias y blanqueo de capitales. Se trata del momento más bochornoso en la historia de la monarquía española. A pesar de la relación bipolar que la corona ha mantenido con sus súbditos, quienes han derrocado a varios reyes, jamás se había visto a un miembro de la casa real ser condenado a prisión.
El histórico fallo es el remate al publicitado Caso Nóos, de acuerdo con el cual el marido de la infanta Cristina –hermana del rey Felipe VI– desvió unos 16 millones de euros de los erarios de la Comunidad Valenciana y de las Baleares, a través del Instituto Nóos, el cual fundó junto a Diego Torres (condenado también a presidio).
Los fiscales comprobaron que en la primera década del siglo, Urdangarin se aprovechó de su posición de yerno del entonces rey Juan Carlos para obtener contratos con instituciones públicas de las comunidades. Así mismo, les cobraba a los entes a precios superiores al mercado, incumplía los requisitos de ley y en ocasiones ni siquiera ejecutaba la labor prometida.
El escándalo fue de tal dimensión que detonó, en parte, la abdicación de Juan Carlos en su hijo Felipe, quien ha sido inflexible con Cristina y su esposo al borrarlos de la agenda pública de la realeza y despojarlos del título de duques de Palma de Mallorca. Ambos reyes, incluso, habrían presionado a la infanta para que se divorciara de Urdangarin, padre de sus cuatro hijos, pero ella se negó rotundamente.
“Qué ganas tengo de que se acabe todo esto para no volver a este país”, ha dicho Cristina, quien también expuso a los Borbón a la vergüenza, pues como socia que era de Iñaki en la empresa Aizon, un eslabón del Caso Nóos, fue juzgada por facilitar y lucrarse de las acciones de su esposo. Finalmente, fue absuelta y solo pagará una multa de algo más de 128.000 euros.
La infanta insiste en que se trata de imputaciones infundadas y culpa a su cuñada, la reina Letizia, de estar detrás de su desgracia. La presente edición cerraba cuando era aún una incógnita la penitenciaría donde Urdangarin pagará su pena. Lo cierto, informó el diario ABC de Madrid, es que se tratará de un centro no muy poblado, en el cual no disfrutará de ningún privilegio por ser pariente del rey.