Inés Zorreguieta
En 2002, cuando su hermana mayor, Máxima, se casó con Willem-alexander, el entonces heredero del trono de Holanda, Inés aterró a los encopetados encargados del protocolo real porque eligió asistir con su look gótico, algo aterrador en una niña de 14 años. Pero la novia intercedió por ella y la verdad es que eso fue lo de menos en una boda a la que a sus padres se les prohibió presentarse por sus viejos nexos con la dictadura argentina.
Sus labores de reina nunca separaron a Máxima de su hermana favorita, quien fuera su confidente en los emocionantes días en que conquistó a su príncipe. Pero al igual que el resto de la familia, vivía preocupada por los desbarajustes emocionales de ‘Inesita’, como la llamaba, de modo que no se cansaba de insistirle en que se fuera a vivir con ella a Holanda, donde podría ser, como siempre, una buena influencia para ella.
Pero no accedió y perdió la partida contra trastornos como la anorexia, la cual sufrió por varios años según viejas especulaciones. Su grave depresión mantenía en vilo a su madre, María del Carmen Cerruti, quien fue a buscarla en su casa del barrio bonaerense de Caballito, al ver que no contestaba sus llamadas aquel miércoles por la noche. Una amiga que la acompañaba descubrió que se había ahorcado con un cinturón.
De inmediato, los medios argentinos recordaron sus problemas mentales y aportaron un dato electrizante: para graduarse de psicóloga en la Universidad de Belgrano, la joven de 33 años había escrito una tesis titulada Las diferencias de género y su relación con el suicidio y las conductas vinculadas. Allí, se leen párrafos como: “El suicidio es más común en aquellas mujeres solteras, recién separadas, viudas o divorciadas. Sin embargo, las mujeres suelen tener mayor apoyo social (...) y, muy importante, acuden en busca de ayuda psiquiátrica o médica cuando sienten malestar”.
Parece que ese no fue su caso. Sus problemas, se rumora, se agudizaron al ser nombrada en un importante cargo en el Ministerio de Desarrollo Social, lo cual generó una polémica nacional, pues se decía que no era competente y eso la hundió más. Incluso la casa real de Holanda tuvo que expedir un comunicado para aclarar que no había intercedido ante el gobierno de Mauricio Macri para que le diera el puesto.
La tragedia familiar es la segunda para la reina Máxima en los últimos meses, pues en agosto pasado perdió a su padre, Jorge Zorreguieta.
Escribió una tesis sobre las diferencias de género en el suicidio para graduarse de psicóloga.