Juan Manuel Santos
Un abuelo primerizo.
Durante la última
visita oficial que tuvo en Europa, Juan Manuel Santos se encargó de monitorear los preparativos del parto de María Antonia, su hija. En París, donde firmó la inclusión de Colombia en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), jamás soltó el celular porque quería estar informado de todo lo concerniente a Celeste, su primera nieta, quien nació en la Clínica del Country durante el primer puente festivo de junio, justo cuando el presidente regresó a Bogotá.
El parto fue programado por cesárea en medio del revuelo de los Santos-rodríguez, quienes después del 7 de agosto tendrán más tiempo para compartir los fines de semana en familia y los viajes, como lo venían haciendo, pero sin la carga de la agenda presidencial.
La emoción fue muy grande, tanto que el mandatario se encargó de compartir la llegada de Celeste a través de las redes sociales con la publicación de una foto de él y la pequeña. Acompañada de un comentario, la imagen fue
replicada incluso por la prensa internacional, que ha seguido los pasos del nobel más allá de las confrontaciones que rodearon al proceso de paz. “Estoy feliz con el nacimiento de Celeste, mi primera nieta”, escribió en Instagram, que, a diferencia de su Twitter, se convirtió en el escenario de fotogramas y mensajes más amables que los de la apabullante política.
La noticia de la bebé no tomó por sorpresa al país, puesto que el propio Santos ya había hablado del embarazo de María Antonia durante la entrega de un sistema de riego en la población de Roldanillo, Valle. “Los colombianos tienen derecho a ver cuando crecen sus hijos y nietos. Ahora más que nunca voy a estar comprometido con la paz de Colombia. Hace unas horas me enteré de que voy a ser abuelo”, dijo ante un auditorio que trató de romper el cerco de seguridad para felicitarlo por el sorpresivo anuncio.
Lo mismo hizo su esposa, María Clemencia Rodríguez de Santos, quien rompió la tradición de manejar discretamente
los asuntos familiares y anunció en Instagram la proximidad de la cigüeña a la Casa de Nariño. De hecho, el día del nacimiento se grabó junto a Celeste y de inmediato publicó el dulce video a través de las redes sociales, el cual se volvió viral.
El padre de Celeste, el deportista y empresario Sebastián Pinzón, estuvo en la sala de cirugía, como le sugirieron sus amigos más cercanos, y grabó momentos del parto, que transcurrió sin complicaciones. El joven, que publicó la primera imagen de María Antonia embarazada, cuando visitó la reserva natural de Mavecure, en Guainía, también se encargó de registrar los baby shower organizados por sus familiares. Sus padres, Mario Fernando Pinzón y Alicia Naranjo, también estuvieron muy entusiastas durante el proceso, a pesar de que ya se habían ‘graduado’ de abuelos con honores y pergaminos gracias al nacimiento de sus primeros tres nietos; es más, los Pinzón Naranjo tuvieron doble celebración: por Celeste y por el nuevo hijo de uno de los hermanos de Sebastián.
La hija del presidente Santos y su esposo se casaron el 18 de junio de 2016, en plenas discusiones del proceso de paz. El jefe de Estado ya intuía que la llegada de un nieto le cambiaría las prioridades de la vida. “No todo puede ser política”, dijo durante una entrevista.
Los esposos María Antonia Santos y Sebastián Pinzón desearían tener más hijos, pero tomarán la decisión cuando Celeste esté más grande.