BURT REYNOLDS: EL MITO DESNUDO DE HOLLYWOOD.
El actor, famoso por protagonizar el primer destape frontal masculino en una revista, murió olvidado y en la ruina después de ser el rey de la taquilla en los años setenta.
El artista, que murió hace poco en la quiebra, encarnó al macho americano y al hombre rudo de las películas de acción.
Burt jamás
soñó con ser actor. Su padre, llamado como él, lo disciplinó a punta de golpes y creía que ser artista era cosa de maricones. Ansioso por impresionarlo, pensó que la mejor manera de ganarse su aprobación era siendo jugador de fútbol americano, pero cuando empezaba a destacarse como tal, durante sus estudios en Florida State University, un accidente de tránsito lo incapacitó para jugar el resto de la vida.
La alternativa fue prepararse como policía de libertad condicional en el Palm Beach Junior College. Allí, el profesor Watson B. Duncan lo invitó a participar en una obra de teatro, lo hizo de maravilla y se ganó una beca para estudiar Arte Dramático en Nueva York, donde debutó en Broadway. En 1961 hizo su primer filme en Hollywood, Angel Baby.
Su chispa, inusual en los actores de la época, hizo que empezara a ser valorado como una personalidad. Además, su carrera actoral tomaba el cariz de seria debido a su participación en Amarga pesadilla, en la que actuó junto al nominado al Óscar Jon Voight, padre de Angelina Jolie.
La expectativa por la cinta, que tenía el mejor pronóstico, coincidió con su aparición en The Tonight Show Starring
Johnny Carson. Otra de las invitadas era Helen Gurley Brown, editora de Cosmopolitan, quien les abría los ojos a las mujeres en cuestiones de sexo. Así como los hombres se deleitaban con la playmate del mes desnuda en el doble página central de Playboy, argumentaba Helen en una pausa del programa, las mujeres también merecían verlos a ellos en su esplendor porque tenían el mismo “apetito visual”.
De ahí a convencerlo de que fuera el primer hombre en posar desnudo para una revista solo hubo un paso. “Quisiera decir que lo hice por apoyar los derechos de las mujeres, pero la verdad es que solo me pareció divertido”, admitió Reynolds.
Lo que ella no le contó fue que colegas como Robert Redford y Clint Eastwood le habían dicho que no. Si hoy el destape masculino es un tabú, en ese entonces lo era mucho más; todos sus allegados trataron de disuadirlo, pero él se empeñó.
La histórica sesión tuvo lugar el 14 de mayo de 1972 y Burt llegó algo alicorado, como lo había exigido. El fotógrafo Francesco Scavullo lo fotografió tapándose los genitales, de cuyas proporciones alardeaba, con un perro y un sombrero. En últimas, el actor escogió la imagen en que se cubría con el antebrazo. Toda la edición de Cosmopolitan, millón y medio
de ejemplares, se agotó. No obstante, desde ese momento y hasta sus últimos días, Burt se arrepintió: “Recibí las cartas más obscenas que he leído en mi vida, muchas con fotos de sus remitentes desnudas. La Iglesia católica me condenó y todo el día la gente bromeaba: ‘No te reconocí con ropa’”. Su desnudo se imprimió en pantys, camisetas, tapetes y sábanas. Quedó lívido al llegar a Dinamarca y verse en la portada de una revista pornográfica. Así mismo, estaba convencido de que quitarse la ropa fue la causa de que Amarga pesadilla no tuviera el reconocimiento que merecía. Aún así, la foto le valió la categoría de superestrella y directores de todas partes querían trabajar con él. De 1978 a 1982 batió un récord por ser el actor más taquillero durante cinco años consecutivos.
En ese momento, protagonizó una tormentosa relación con Sally Field. “No es sexy”, le dijeron cuando pidió actuar con ella, y él contestó: “El talento es sexy”. Field no quería trabajar con él porque era un artista comercial, pero su agente le dijo que eso era lo que necesitaba y rodaron Dos pícaros con suerte. Se enamoraron en el rodaje, pero las cosas no funcionaron. “Sally es el amor de mi vida. Lamento no haberle dicho que la amaba”, expresó Burt años más tarde.
Empero, al deplorar la reciente muerte del actor, la actriz declaró que le alegraba que él no hubiera vivido para leer In Pieces, las memorias que lanzó solo días después de su fallecimiento, en las que anota que era muy controlador. Revela también su adicción al percodán y el diazepam y que le aplicaban unas extrañas inyecciones en el pecho.
“Burt era muy controlador y adicto a los opiáceos”, dice Sally Field en las memorias que publicó pocos días después de la muerte del actor.