JANE FONDA SE CONFIESA.
En un revelador documental, la eterna Barbarella habló de la tensa relación con su padre, del suicidio de su madre y de sus tres matrimonios fallidos. Jet-set la entrevistó.
Marcela no olvida la primera vez que él cocinó para ella. “Pedro tuvo restaurante en Uruguay, en España, ha trabajado en el Ritz... ¡Pero conmigo se le salaron los tomaticos!”.
Angélica Blandón. En este aventurado proyecto se suman Sandro Romero, como codirector, y dos coproductores más: Idartes, que ha abierto las puertas del Planetario, y el principal cómplice de Marcela, su prometido, Pedro Fernández.
Reconocido como uno de los más importantes chefs del país, Fernández ha cosechado un merecido prestigio en su taller de cocina y como consultor de hoteles y restaurantes. Marcela y Pedro se seguían devotamente en Instagram y compartían un mutuo amor platónico que cada uno se tragaba por su lado. Una amiga en común fue la responsable de que coincidieran en un almuerzo en Bogotá. Marcela no olvida esa primera vez que comieron juntos y mucho menos la primera vez que él cocinó para ella. “¡Le quedó salado! Preparó unos sánduches de cola de langosta, pescado, tomates caramelizados y una torta de chocolate increíble. Pedro tuvo restaurante en Punta del Este, también en España, ha trabajado en el Ritz y es uno de los chefs más reconocidos del país… ¡Pero conmigo se le salaron los tomaticos! Todo estaba delicioso; a mí él me ha enamorado de muchas maneras, pero a mi hijo sí lo enamoró por el estómago”, recuerda.
La admiración que siente el uno por el otro y la serena madurez de dos personas seguras que se apoyan en sus proyectos ha consolidado rápidamente una relación lista para dar el siguiente paso. Después de trabajar hombro a hombro en Constelaciones, cuando la temporada termine, tendrán que embarcarse juntos en una producción más pequeña, pero para toda la vida: se casarán en febrero, en la casa que él tiene con sus socios en una isla de Cartagena. Descalzos, sobre la arena, compartirán este íntimo momento solo con la familia y unos pocos amigos.
Después de un debut temprano y un largo viaje encarnando a los más diversos personajes, Marcela Mar continúa en un interminable proceso de evolución. Inquieta, no solo ha saltado de las tablas a la pantalla, de las telenovelas al cine y ahora a series tan ambiciosas como Sitiados y El Chapo, también ha estudiado historia del arte, se ha metido en cuanto taller se le atraviesa en el camino y ha asumido cada reto como una oportunidad de reinventarse. Un recorrido en el que ahora cuenta con un nuevo aliado: “Él me apoya, me impulsa, me potencia”; alguien que se ocupa tanto de los más cuidadosos detalles como de moverse tras bambalinas mientras ese fragmento bogotano del mar brilla bajo las luces.