EL COLOMBIANO QUE SEDUJO A MISS FRANCIA.
El artista barranquillero retomó los hilos de su carrera musical con el lanzamiento del sencillo Valiente. Lo hizo después de un periodo de oscurantismo en el que estuvo agobiado por el desamor, la rumba y la depresión. Así habló con Jet-set.
Se llama Juan Arbeláez y es chef en el país galo. Enamoró a Laury Thilleman, quien fue despojada de su título de belleza en 2012 por culpa de unos desnudos.
La apertura de los recientes Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Barranquilla, significó el regreso de Cabas a los grandes eventos del país. Interpretó su exitosa cumbia Ana María, con la que envió el mensaje de que no se ha retirado. Han sido siete años difíciles: su álbum Si te dijera, de 2011, no tuvo el éxito de los anteriores y el sencillo Tanto que te amo tanto, de 2017, no fue tan contundente como para decir ‘aquí estoy y aquí me quedo’. Se especuló que Cabas había sido presa de una sequía creativa y así lo reconoció. Dijo que entró en conflicto con su musa, que peleaba y se reconciliaba con ella una y otra vez. ¿Pero qué había detrás de esa relación, en apariencia, disfuncional? Según él, se conjugaron el agobio que le produjeron los chismes de farándula, que daban cuenta de supuestos amores y desamores, y su frenética dependencia de la rumba. Cabas no se sentía bien con Cabas. Dormía poco y los amigos empezaron a dejarlo solo.
Sin embargo, lo suyo seguía siendo la música y no la fama que llegó por heredar el talento de su padre, Eduardo Cabas. El cantante todavía recuerda que en su debut recibió los aplausos de los críticos del periódico The New York Times, que lo calificaron en 2004 como uno de los nuevos mejores artistas del mundo junto a Alicia Keys y Radiohead. No obstante, no supo sobrellevar los elogios, los premios y las portadas de revistas. Se convirtió un joven frágil y muy solitario.
Hoy está de regreso a la escena musical con la canción Valiente, que compuso para demostrar que se puede volver a empezar a los 40 años. Le habíamos perdido la pista. Pensamos que se había retirado de los escenarios. –Como productor y compositor siempre estoy grabando, pero no lanzo
al mercado todos los temas. Lo que pasa es que hace un tiempo perdí las ganas de componer. Valiente es esa canción que me dio el entusiasmo para retomar la música con mucha fuerza. ¿Cuánto tiempo vivió sin inspiración?
–Como un año. La musa se fue de una mala manera. Estaba muy herido. No quería dedicar mis canciones a los amores. Muchos se fueron. Se necesita ser artista para entender lo que produce la partida de una persona. Pero el desamor vuelve creativos a los artistas.
–A mí no. Eso me bloquea. Quedo muy frágil. ¿Cómo hizo para retomar su música y crear el tema Valiente?
–La canción comienza a rondar por mi vida cuando conocí a una persona muy especial. Estábamos pasando un momento increíble, pero sabía que esa relación no iba a durar. Algo me decía que vivíamos una mentira. Igual me entusiasmé hasta que pasó lo inevitable. Ella no fue valiente, fue cobarde. ¿Por qué entregarle la felicidad a otra persona?
–Si todos fuéramos tan espirituales como usted lo plantea, no tendríamos artistas. Eso de decir ‘primero me quiero yo, segundo yo y tercero yo’ no va conmigo. Los compositores no somos tan espirituales, gracias a Dios. Por eso contamos historias esperanzadoras, pero también le componemos al dolor. Valiente es un tema alegre. Si fuera triste no habría sido capaz de regresar al mercado. ¿Quién fue esa mujer?
–Qué importa cómo se llama. Da lo mismo si es Ana María. Hay muchas Ana María. Lo que puedo decir es que me rompí de tal manera que pensé que no iba a volver a surgir. ¿Cuántas veces se ha enamorado?
–Eso no se debe contar. Lo cierto es que esta última vez