Jane Fonda se confiesa
En un documental que repasa sus 80 años de vida, la actriz de Hollywood habla sin tapujos sobre la tirante relación con su padre, el suicidio de su madre y sus tres matrimonios fallidos. Jet-set conversó con ella.
Si alguien ha sabido reinventarse en Hollywood, esa es Jane Fonda. A comienzos de los años sesenta era una joven actriz que iniciaba su carrera bajo la sombra de su padre, Henry Fonda, galán de los años treinta y cuarenta y uno de los estandartes de la industria. Pronto se convirtió en el símbolo sexual que interpretó a Barbarella, una heroína francesa reconocida por su erotismo y su belleza. Luego acumuló otras facetas: furiosa activista política que protestaba contra la guerra de Vietnam, ganadora de dos premios Óscar, gurú de videos caseros de aeróbicos, esposa de un multimillonario y hasta ícono feminista.
Hoy, con 80 años, es una leyenda que sigue vigente en la televisión y el cine, en el que hace películas taquilleras al tiempo que protagoniza series exitosas de Netflix. Para algunos, brilla con más intensidad que su padre, todo un mito, protagonista del clásico Las uvas de la ira.
Pero su camino a la cima no fue de rosas. Desde pequeña tuvo que sobreponerse al suicidio de su madre, Frances Ford Seymour, cuando apenas tenía 12 años. Enfrentó, además, a un padre distante y la hostilidad de los conservadores estadounidenses, que la consideraban una traidora. Para colmo, padeció durante tres décadas de un desorden alimenticio y pasó por tres divorcios.
Una vida fascinante que le interesó a la cineasta Susan Lacy –creadora de American Masters, una serie de televisión sobre biografías de íconos culturales estadounidenses–, quien le propuso a HBO hacer un documental sobre ella. El resultado es Jane Fonda en cinco actos, que se verá a finales de octubre en Colombia por ese canal de televisión.