ESTEBAN CORTÁZAR: “SOY ARTISTA Y BOHEMIO COMO MI PAPÁ”.
La segunda colaboración del diseñador con una marca colombiana está inspirada en Cartagena e incluye estampados basados en los óleos y acuarelas de la ciudad que pintó su padre. Los artistas hablaron con Jet-set sobre La Heroica y su conexión filial.
La nueva colección del diseñador colombiano reúne piezas muy cartageneras, realizadas a partir de las pinturas de Valentino Cortázar. La muestra también será presentada en enero en el barrio Getsemaní.
Valentino Cortázar
tiene su estudio en pleno centro histórico de Cartagena, desde el que disfruta de una espléndida vista de la ciudad antigua y del mar Caribe. Allí su hijo, el reconocido diseñador que inició su carrera en la Semana de la Moda de Nueva York, se enamoró del realismo mágico de los pueblos de la costa. Cartagena es el lugar más importante para Esteban Cortázar y ha servido de inspiración de algunos diseños que ha creado para la firma que lleva su nombre. En su segunda colaboración para la marca Seven Seven, querían una colección de verano, “y el Corralito de Piedra me llegó inmediatamente a la cabeza. Amo sus colores, su gente y su cultura. Me encanta la sensación de estar en otra época; como si el tiempo se hubiera detenido”, dice. “Esteban la conoció a muy temprana edad. Tenía 3 o 4 años”, recuerda Valentino. La belleza de Barú, el aroma del pescado frito, el sabor del arroz con coco, las tonalidades de las frutas y las paredes se estamparon en el alma de ambos artistas. Después de vivir largos años en Miami, Valentino, un bogotano formado en Europa, se quedó en la Ciudad Amurallada. Desde entonces, Esteban regresa cada diciembre con sus amigos de diferentes partes del mundo a vacacionar. Frecuenta los lugares clásicos, en los que siempre ve algo nuevo: Quiebracanto, Café Havana, La Vitrola y Juan del Mar. Pero confiesa que siente una gran fascinación por Getsemaní, el barrio más bohemio y cool. “Me inspiran sus calles, sus grafitis y su gente. Es la auténtica Cartagena”. Justo en esa zona tendrá un pop-up al que ya le tienen nombre: Donde Esteban 77. También fecha: hasta el 20 de enero. Allí venderá una refinada selección de marcas, arte y objetos reunidos en sus viajes, y obviamente también colgará sus
prendas. La novedad de la colección EC x 77 son los estampados realizados en conjunto con su padre, que revelan apartes de sus pinturas. “Elegí unas figuras surrealistas que representan la magia en la cual me inspiré”.
No es la primera vez que trabajan juntos. Según recuerda Valentino, cuando su hijo fue elegido como director creativo de Emanuel Ungaro en 2007, la primera colección que presentó en la Semana de la Moda de París estuvo inspirada en Colombia. “Esteban escogió varias imágenes entre mis paisajes del Mediterráneo y las imprimió en telas preciosas. Además, tapizó el piso de la pasarela con mis escritos y mi caligrafía”. Su relación rebasa la admiración mutua por el trabajo creativo. “Mi papá es uno de mis mejores amigos; es una persona en la que confío. Su toque artístico y bohemio es mucho de lo que soy”. Esteban admira de Valentino su filosofía de vida y su manera de pensar. Según él, su padre siempre tiene algo positivo que decir; nunca habla mal de nadie. “Es alguien lleno de color y de buen vivir, y eso no tiene nada que ver con el dinero, sino con la forma en que tratas a los demás; con contemplar un atardecer o la naturaleza; con cómo vives el momento... Eso es mi papá”, concluye orgulloso. Para el pintor ha sido inspirador ver crecer a su hijo. “Aunque estemos en diferentes lugares del mundo, compartimos el día a día de crear algo especial”. Por eso no fue una coincidencia que a la par de la presentación de la colección de Esteban en Cartagena, Valentino abriera oficialmente su galería. “Esto demuestra que siempre hemos estado ligados desde la moda y el arte”.
“Hacer algo inspirado en el Caribe me llena el corazón. Los estampados reflejan el ambiente sexy y la vibra tropical que tiene Cartagena”, Esteban Cortázar.