Jet-Set

¡QUÉ CUERNOS TAN CAROS!

EL DIVORCIO POR INFIDELIDA­D DEL HOMBRE MÁS RICO DEL MUNDO TIENE DE TODO: SEXO, CHANTAJE Y PODER.

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Con la revolución que impuso en el comercio a través de Amazon, Jeff Bezos no es solo el dueño de la mayor fortuna del planeta (135.000 millones de dólares, según Forbes), sino uno de los hombres más trascenden­tales del momento. Aun así, siempre mantuvo su vida privada en la sombra, hasta enero pasado, cuando el anuncio del divorcio de su esposa Mackenzie desató una tormenta mediática. La revelación de que la ruptura se debía a su infidelida­d con la expresenta­dora de televisión Lauren Sánchez, presagió una separación amarga, pues él no firmó un acuerdo prenupcial con Mackenzie. Humillada, se especuló, ella no cedería un ápice en su derecho de quedarse con la mitad de su patrimonio, en el que puede ser el divorcio más caro de la historia.

El jugoso drama habría caducado pronto en las primeras planas, de no ser porque el National Enquirer, la publicació­n sensaciona­lista más temible de Estados Unidos, aireó en once páginas las fotos que confirmaba­n el affaire de Bezos con Sánchez, esposa de Patrick Whitesell, socio del millonario en la producción de la cinta Mánchester junto al mar.

El tabloide, que develó en el pasado los adulterios que arruinaron las vidas del político John Edwards y el golfista Tiger Woods, persiguió cuatro meses a la pareja en cinco estados y detalló hasta sus susurros al oído e insinuacio­nes calientes. También contó que la pareja practicaba sexting, o sexo por mensajes de texto, y mostró ejemplos como aquel en el que Bezos le expresaba a Lauren: “Quiero besarte y penetrarte despacio y suavemente”. El Enquirer informó que contactó a la pareja para notificarl­e que iba a dar a conocer las imágenes y que la respuesta de Bezos fue atajarla ofrecien--

do dinero. Cuando se vio impotente, se adelantó y anunció el divorcio.

Bezos contrató una investigac­ión para averiguar cómo obtuvo el Enquirer los mensajes y unas fotos de contenido sexual de él y su amante que la revista describió en su reportaje pero no las publicó. Quería saber, de igual modo, si el destape de su relación tuvo motivacion­es políticas.

Días más tarde, el millonario le dio un vuelco radical a la historia, al denunciar que después de la divulgació­n del artículo, American Media, empresa propietari­a del National Enquirer, lo amenazó con difundir las imágenes compromete­doras si él no admitía públicamen­te que la política estuvo al margen de la primicia.

Bezos definió la maniobra como chantaje y extorsión, detrás de lo cual solo podían estar el presidente Donald Trump o personas cercanas a él. En realidad, él no es el santo de devoción del mandatario, quien no lo llama Bezos sino Bozo (estúpido) y lo acusa de evadir impuestos y vapulear el empleo con sus duras tácticas de negocios. Otros aseguran que el hombre más poderoso del mundo no le perdona al más acaudalado que lo supere en riqueza. Pero el verdadero tropiezo es que Bezos es propietari­o del Washington Post, uno de los diarios más influyente­s, el cual ya tumbó a un presidente republican­o como Trump, Richard Nixon, y es muy crítico de su gobierno. Bezos siempre ha sostenido que no interviene en el criterio editorial del periódico, lo que el gobernante no cree.

Bezos, por su parte, desconfía del presidente porque David Pecker, dueño de American Media y por ende del Enquirer, es un afiebrado seguidor de Trump. Para la muestra, el caso de las instan-

También se rumora que los hombres de Trump le filtraron, al Enquirer, selfies de Bezos y su amante teniedo sexo.

táneas que evidenciab­an el romance adúltero del presidente con Karen Mcdougal, conejita Playboy en los noventa, las cuales adquirió el tabloide por 150.000 dólares antes de las votaciones de 2016. Para no dar al traste con la aspiración de su amigo, a quien le debe favores, Pecker no reveló las imágenes y las guardó con siete llaves.

Otra posible señal de la injerencia, así sea indirecta, del jefe de Estado es que el principal sospechoso de filtrar los desnudos y mensajes es Michael Sánchez, hermano de la amante de Bezos, pero también muy fanático de Trump y amigo de dos turbios miembros de su campaña, relacionad­os con los rusos que manipularo­n las elecciones. Sánchez lo niega y arguye que el Enquirer actuó con el conocimien­to y complacenc­ia del jefe de Estado, cuyos agentes fueron quienes obtuvieron el material indiscreto, según el Daily Beast.

La denuncia de Bezos planteó un acalorado debate entre los que aseguran que lo único que hizo el Enquirer fue ejercer el periodismo. “La infidelida­d del hombre más rico del mundo es una historia jugosa para cualquier revista que, como el Enquirer, para bien o para mal, vive de airear las miserias de personajes famosos”, opinó Holman W. Jenkings, en el Wall Street Journal.

Otros, al contrario, creen que delinquió con el chantaje y desvirtuó el oficio aprovechán­dose de sus privilegio­s como medio de informació­n. “Ningún periodista serio propondría lo que me ofrecieron a mí”, reclamó Bezos, a lo cual los abogados del

Enquirer le replicaron que eso no fue chantaje sino negociació­n y que, a fin de cuentas, el artículo sobre su infidelida­d fue muy bien sustentado, mientras que él no ha comprobado que Trump es la mano que mece la cuna en este escándalo.

“Quiero besarte y penetrarte suavemente”, le dice Bezos a Lauren en uno de los mensajes de texto divulgados por el tabloide.

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MACKENZIE BEZOS LA ESPOSA LAUREN SÁNCHEZ LA AMANTE
 ??  ?? Bezos anunció en enero su divorcio de la escritora y activista Mackenzie Tuttle, la madre de sus cuatro hijos, luego de 25 años de matrimonio. El magnate engañaba a Mackenzie con Lauren Sánchez, esposa de uno de sus socios. El National Enquirer publicó las fotos que confirmaro­n el adulterio.
Bezos anunció en enero su divorcio de la escritora y activista Mackenzie Tuttle, la madre de sus cuatro hijos, luego de 25 años de matrimonio. El magnate engañaba a Mackenzie con Lauren Sánchez, esposa de uno de sus socios. El National Enquirer publicó las fotos que confirmaro­n el adulterio.
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 ??  ?? Facsímil de dos de las once páginas en que el Enquirer ventiló en detalle las escapadas, los nidos de amor secretos y hasta las insinuacio­nes eróticas entre Bezos y Lauren.
Facsímil de dos de las once páginas en que el Enquirer ventiló en detalle las escapadas, los nidos de amor secretos y hasta las insinuacio­nes eróticas entre Bezos y Lauren.
 ??  ?? Bezos asegura que Donald Trump está detrás del destape de su affaire con Lauren en el Enquirer, en venganza porque su periódico, The Washington Post, es un duro crítico de su gobierno.
Bezos asegura que Donald Trump está detrás del destape de su affaire con Lauren en el Enquirer, en venganza porque su periódico, The Washington Post, es un duro crítico de su gobierno.
 ??  ?? Lauren Sánchez conoció a Bezos a través de su esposo, Patrick Whitesell, socio del magnate en la producción de la cinta Mánchester junto al mar.
Lauren Sánchez conoció a Bezos a través de su esposo, Patrick Whitesell, socio del magnate en la producción de la cinta Mánchester junto al mar.
 ??  ?? Lauren con su hermano, Michael Sánchez, principal sospechoso de haberle entregado al Enquirer los mensajes de texto y fotos sexuales con los que la revista pretendía chantajear a Bezos.
Lauren con su hermano, Michael Sánchez, principal sospechoso de haberle entregado al Enquirer los mensajes de texto y fotos sexuales con los que la revista pretendía chantajear a Bezos.

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