CHRIS PRATT SE CASA CON LA HIJA DE TERMINATOR.
El actor de Jurassic World protagoniza el romance de moda en Hollywood, junto a Katherine Schwarzenegger, hija de Arnold Schwarzenegger y sobrina nieta del presidente Kennedy.
El actor de Jurassic World protagoniza el romance de moda en Hollywood, junto a Katherine Schwarzenegger, hija de Arnold Schwarzenegger.
Las familias repiten sus historias y este es el caso. Hace 33 años, el fisiculturista convertido en actor de Hollywood, Arnold Schwarzenegger, emparentaba con los Kennedy a través de su matrimonio con la periodista Maria Shriver, sobrina de John F. Kennedy. Ahora, otra estrella de la meca del cine, Chris Pratt, ingresa al clan, pues hace poco anunció su compromiso con la escritora Katherine Schwarzenegger, una de los cuatro hijos de Arnold y Maria, hoy separados.
La prensa del corazón coronó a los futuros esposos como una de las parejas del momento, nada extraño, porque en Estados Unidos todo lo que tiene que ver con los poderosos Kennedy suscita fascinación, al tiempo que Pratt es todo un campeón de la taquilla. Los cronistas han indagado detalles sustanciosos de la relación como, por ejemplo, que la madre de la novia urdió el plan para que su hija conociera a Chris, uno de los solteros más apetecidos de Hollywood. Maria nunca ol--
vidó que, hace dos años, en un programa de televisión, su hija dijo que le gustaba Pratt, así que acudió a amigos comunes para presentarlos.
La química fue inmediata. Se conocieron a mediados de 2018 y en enero pasado ya vivían juntos y anunciaban su casamiento. Según US Weekly, Chris, divorciado de Anna Faris, está muy integrado a la familia de Katherine y les pidió el consentimiento no solo a Maria sino también a Arnold Schwarzenegger. Él parece muy contento con su futuro yerno y recuerda la época en que era una superestrella de orígenes humildes que conquistó a uno de los mejores partidos de la gentry.
El matrimonio, aún sin fecha, dará mucho más de qué hablar, porque a los Kennedy les gusta botar la casa por la ventana en estos acontecimientos, y cuando eso se mezcla con los reflectores de Hollywood, el efecto resulta deslumbrante en grado sumo.