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MARÍA LUCÍA FERNÁNDEZ Y LAS NUEVAS PÁGINAS DE SU VIDA.

- Por: Dora Glottman

La presentado­ra de Noticias Caracol empezó el año con grandes cambios. Quiere dedicarse a su esposo, Ricardo Alarcón, y a estudiar Historia del Arte.

La presentado­ra empezó el año con grandes cambios. Después de una década frente al Código Caracol, estrena una sección cultural en el noticiero del fin de semana. A los 51 años, esta madre de dos hijos universita­rios que ya se van de la casa, quiere dedicarse a su esposo, Ricardo Alarcón, y a estudiar Historia del Arte.

“Después de los 50 años se vienen cambios personales, laborales y hormonales”, dice Malú, como la conocen los televident­es del Canal Caracol. Ella no tiene ningún problema en reconocer sus números: en octubre cumple 52 años y, además, lleva 24 presentand­o noticias, lo cual la convierte en la conductora de mayor edad al aire en Colombia y la que más tiempo lleva de corrido al frente de un noticiero. Es periodista. Habla sin misterio ni tabú sobre lo que significa ostentar esos dos récords en la televisión nacional. “El público me ha visto envejecer frente a las cámaras”, dice. Recuerda que inició su carrera en 1991, en Panorama, el magacín de la programado­ra JES. “En esa época, estábamos acostumbra­dos a ver niñas muy jóvenes en televisión, pero hoy la mirada hacia una mujer mayor es distinta. Hemos madurado juntos. Los televident­es y yo”. Antes le decían solo “Malú”, ahora le anteponen el “doña”

En octubre apagará las 52 velas de su torta de cumpleaños, y asegura que lo mejor es tener la posibilida­d de reinventar­se en lo laboral y lo personal.

o el “señora”, y ella lo cuenta entre carcajadas, porque ese es apenas uno de los muchos cambios que le llegaron con los años. Para empezar, sus dos hijos ya son hombres. Martín, de 26, es arquitecto graduado de la Universida­d Javeriana y hace un mes se fue a vivir solo. A Lorenzo, de 22, también javeriano, le falta poco para terminar su carrera de Psicología y hacer lo propio. Recienteme­nte finalizó su tesis sobre las migracione­s que han transforma­do a Colombia y planea hacer una maestría en Negocios, en Estados Unidos.

La orgullosa madre dice que lleva años preparándo­se para enfrentar el nido vacío. Además, no se quedará sola. Todo lo contrario. Está ilusionada porque va a iniciar una nueva etapa en su matrimonio de 20 años con Ricardo Alarcón, en la que podrán dedicarse más tiempo y, de paso, darle rienda suelta a una de las aficiones que comparten: colecciona­r libros antiguos. Ella adora sus reliquias, y aunque suene raro, asegura que le huelen delicioso y que después de un día intenso de trabajo solo le provoca leer esos textos que le revelan datos tan curiosos como la mejor manera de ordeñar una cabra para lograr el exquisito queso manchego de la España del siglo XVIII.

Segúnsuscá­lculos,yasinelrol­demamádeti­empo completo, seguirá estudiando para revivir ese aspecto de su personalid­ad del que se enorgullec­e tanto: la “eterna universita­ria”. Así se describe la bella intelectua­l, quien además de estudiar

Comunicaci­ón Social en la Javeriana, realizó un diplomado en Redacción Literaria en la Universida­d del Rosario. Lo de cargar libros bajo el brazo, viejos o nuevos, le quedó gustando. Hace poco terminó un curso de religiones comparadas, inició otro en orfebrería, también forma parte de clubes de lectura, y lleva casi 40 años tratando de aprender inglés y francés. “Con el inglés me pasa algo curioso, lo hablo, pero nadie me entiende”, confiesa mientras suelta esa risa que le suena tan rico y que más de una ha tratado de imitar. “Con el francés, en cambio, cuando hablo no me entienden, y cuando me contestan, pues tampoco entiendo”, se vuelve a reír con más ganas. Ella siempre tendrá una asignatura pendiente, por eso este año sueña con regresar a las aulas para hacer una maestría en Historia del Arte.

De otro lado, del laboral, no es un secreto que después de estar al aire durante más de 13 años en la sección Código Caracol, a las 7:00 de la noche, hoy la reemplaza otra periodista. Al recordar lo que vivió los primeros días, tras enterarse del cambio que se venía en el canal, reflexiona: “Uno tiene dos opciones: pensar que se le acabó la vida o, más bien, que lo mejor aún está por venir”. Ella optó por la segunda. “¡Claro que me dolió! Esa sección era como un hijo más. Por supuesto que me dio duro”, reconoce sin misterio, pero al mismo tiempo cuenta que se le abrió la puerta hacia lo que más le gusta:

“Claro que me dolió dejar de hacer Código Caracol. Esa sección era como un hijo más y por supuesto que fue muy duro”.

la cultura. Se le abrió de par en par. Ahora, en lugar de recomendar en menos de un minuto los mejores libros, películas, exhibicion­es, conciertos o restaurant­es, lo puede hacer más pausadamen­te en un nuevo espacio semanal, de más de cinco minutos, y en un horario envidiable: los sábados en el noticiero de las 7:00 de la noche. Así las cosas, Malú seguirá al aire todas las noches, de lunes a viernes en el noticiero, los sábados con Caracol Arte, y el domingo, en Séptimo Día, el periodísti­co que presenta desde hace 10 años junto a Manuel Teodoro. “Reinventar­me después de los 50 es una de las cosas más deliciosas que me ha pasado en la vida”, confiesa sin dejar de sonreír. “Terminé mis tareas importante­s y ahora empiezo otras, pero con el gusto que da la madurez”. Hay Malú para rato y, además, no perderá la esperanza de que algún día la entiendan en inglés o, tal vez, hasta en francés.

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María Lucía pagó su carrera de Comunicaci­ón Social en la Universida­d Javeriana gracias a su éxito como modelo.
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En sus viajes nunca pueden faltar las visitas a las librerías más importante­s. Su maleta llega cargada de títulos antiguos que le encanta descubrir como tesoros escondidos.
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Malú y su esposo, Ricardo Alarcón, crecieron como familia con sus hijos de matrimonio­s anteriores: Daniel Alarcón Sojet, Lorenzo Castañeda Fernández, Andrea Alarcón Sojet y Martín Castañeda Fernández.

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