TOROS Y ARTE.
Han pasado 38 años desde que en la Plaza de Toros de Santamaría se celebró la primera corrida goyesca. Esta fiesta de arte, tauromaquia y cultura regresará a la capital, con todos los elementos con los que se rinde un tributo a un artista y a una época.
Sebastián Castella y Luis Ponce protagonizarán en Bogotá la primera corrida goyesca en tres décadas.
Solo había ocurrido
en 1981. La plaza capitalina cumplía 50 años, y para celebrarlo por todo lo alto, se convocó al mejor cartel posible: Pepe Cáceres, Sebastián “Palomo” Linares y José Mari Manzanares, el dream team de matadores del momento. Y esto fue solo la parte inicial de la corrida; porque además del peso y el tamaño del cartel, se trajo por primera vez al país la corrida goyesca, un evento único que atraviesa el mundo de los toros y se convierte en una celebración de la cultura y la estética. Su historia es bella. La primera faena de
esas características se realizó en 1954, en Ronda, ciudad andaluza emblemática por su tradición taurina. En esa oportunidad se le quiso rendir un homenaje diferente al bicentenario del nacimiento de Pedro Romero, uno de los mitos de la fiesta brava ibérica, quien pasó a la historia por haber enfrentado a más de cinco mil toros. Entonces, se creó una corrida donde toreros y banderilleros se ataviaron con las vestiduras que el pintor aragonés Francisco de Goya, conocido como “don Francisco, el de los toros”, inmortalizó en sus obras.
El 24 de febrero, la octogenaria plaza bogotana revivirá la fiesta con un cartel de primera, encabezado por el español Enrique Ponce, el francés Sebastián Castella, y Ramsés, la cuota colombiana. La tarde empezará con un paseíllo de ópera y el tenor Valeriano Lanchas, acompañado por 40 músicos, abrirá la puerta grande cantando Granada. Los matadores, banderilleros y picadores entrarán al ruedo en carrozas traídas de España exclusivamente para la ocasión. Por esta vez, los trajes de luces tradicionales serán reemplazados por otros más vistosos, y la plaza, como una inmensa galería, se vestirá de fiesta. El ruedo será otro de los protagonistas de esta tarde de sol y maestría; se transformará en un lienzo gigantesco gracias a las manos de Loren Pallatier, un artista y torero aficionado que en su juventud hizo algunos intentos frustrados en novilladas, y prefirió cortarse la coleta e inventarse la “toreografía”, una técnica basada en el uso de la muleta como un pincel enorme. El francés de 59 años ha dejado sus trazos en las arenas de Málaga, Sevilla,
La corrida goyesca, más allá de una fiesta brava, es una explosión de arte y cultura.
Pamplona o Arlés. Y hará lo propio en Bogotá. “Es un orgullo que me hayan encargado la escenografía de la Santamaría. He estado muchas veces en Colombia, pero nunca para exponer un trabajo de estas dimensiones”, dijo desde su casa en Andalucía, donde vive hace más de tres décadas. Como adelanto, contó que pidió la colaboración de muchos diestros colombianos para decorar todos los paneles que van a rodear la arena. Emocionado, comentó que los espectadores verán su trabajo en los burladeros y en la puerta del toril. Al final se despidió con un: “¡Que vivan los toros y que viva Colombia”.•
Después de cinco años sin temporada taurina, la Santamaría resurgió con tres jornadas en febrero.