MARILYN MONROE: ¿ABORTÓ UN BEBÉ KENNEDY?.
Una nueva biografía de la reina de Hollywood causa revuelo, pues asegura que poco antes de morir, en 1962, ella se deshizo del hijo que concibió con el presidente John F. Kennedy o con su hermano Robert, con quienes se acostaba.
Se publica una nueva biografía sobre la actriz, en la que se revelan detalles sobre cómo, semanas antes de su intempestiva muerte, ella habría interrumpido su embarazo.
Los últimos días de la actriz más recordada de la meca del cine, así como las reales causas de su muerte, no dejan de intrigar. Ahora surge un nuevo detalle gracias a las pesquisas que hizo el biógrafo Fred Lawrence Guiles en archivos olvidados, y haciendo acopio de testimonios de personas que presenciaron de cerca aquellos tumultuosos episodios que marcaron los comienzos de la década de 1960.
En Norma Jean: The life of Marilyn Monroe, Guiles confirma una vez más que la estrella primero tuvo un affaire con el presidente John F. Kennedy, pero que este se cansó de ella y se la “cedió” a su hermano, el fiscal Robert F. Kennedy, conocido como Bobby. El libro rescata las afirmaciones de un publicista que trabajaba en la oficina de Arthur P. Jacobs, agente de prensa de Marilyn, de acuerdo con las cuales, el 20 de julio de 1962, dos semanas antes de su deceso, ella se internó, bajo una identidad falsa, en el hospital Cedars of Lebanon de Los Ángeles y se sometió a la interrupción de un embarazo.
Si la versión es cierta, comenta Guiles, ella debía estar devastada emocionalmente. “Habían pasado tres meses desde su último encuentro en la cama con el presidente y solo unas semanas atrás había hecho el amor con Bobby. Sería fácil
asumir que el bebé abortado era un Kennedy, pero la verdad es que ella también se veía con otros hombres (como Frank Sinatra) durante aquella primavera y verano”, narra el texto. La agencia de Jacobs comunicó que la artista había pasado ese fin de semana con el actor Peter Lawford y su esposa, Patricia Kennedy, hermana del presidente y Bobby, en su casa de Lake Tahoe.
La biografía cuenta que Marilyn estaría afectada por la pérdida del bebé, pues en realidad siempre quiso ser madre, y porque estaba tan apegada a Bobby, que daba por cierto que él dejaría a su esposa Ethel por ella, algo improbable en un político católico como él. Guiles cuenta que durante los dos meses que duró la aventura, la actriz se la pasaba llamándolo a su oficina en Washington y que no tenía problema en hablar un rato con su secretaria si no lo encontraba.
El 30 de julio, diez días después del aborto, la protagonista de Los caballeros las prefieren rubias llamó a Bobby. “Si fue verdad que había terminado el embarazo, no es posible saber si se lo contó”, anota Guiles, y prosigue: “Lo que sí conocemos es que, al parecer, cayó en una profunda depresión. Desde comienzos del mes, el doctor Ralph Greenson (su psiquiatra) la atendía a diario y eso se mantuvo hasta su muerte”.
En su última noche, la crisis se hizo notoria durante una cena en La Scala, su restaurante favorito, a la que también asistieron Peter Lawford, Pat Newcomb, otra de sus agentes
de relaciones públicas, y “de acuerdo con al menos una fuente”, observa el libro, Bobby Kennedy, quien estaba en California con su familia. “Marilyn se veía inquieta en esa velada. Él había absorbido su vida emocional en los dos últimos meses y ella se había dejado llevar por una visión poco realista de la situación, al creer que él estaba disponible a toda hora. Su mal humor posiblemente se debió a que se percató de que una relación seria con Bobby estaba descartada”, cuenta Guiles. Horas más tarde, era hallada muerta en su casa de Brentwood.
En los archivos de Bobby Kennedy en el Departamento de Justicia, Guiles halló un documento que registra que él y su familia pasaron ese fin de semana en una finca en Gilroy, cerca de San Francisco, y que el domingo por la noche estuvieron en el apartamento de Paul Fray Jr., en esta última ciudad, donde ofreció una rueda de prensa el lunes. A Guiles, estas anotaciones le parecen extrañas, porque son de las pocas en la carpeta de Kennedy que se detienen en esas minucias. “Allí no se dice nada sobre la tragedia que se desencadenaba en Los Ángeles (que queda a menos de una hora de San Francisco) en los mismos momentos. El escrito sirve para dejar claro oficialmente que Kennedy estaba lejos de allí para el momento en que se supo la desgracia”, se lee en la biografía.
La causa oficial del deceso de la actriz, a sus 36 años, fue “probable suicidio por sobredosis de barbitúricos”, pero muchos no lo creen. Si bien Marilyn siempre fue inestable, por esos días daba muestras de querer salir adelante. Un mes antes de morir, en entrevista para la revista Redbook, decía que quería convertirse en actriz de carácter, que su trabajo en la escena era lo más importante para ella y que estaba trabajando en darse el piso que nunca había tenido en su vida.
Se dice que un micrófono oculto en la casa de Marilyn grabó una agria pelea entre la actriz, Peter Lawford y Bobby Kennedy, pocas horas antes de que ella perdiera la vida.
Joe DiMaggio, su segundo exesposo, era otro de los hombres con quienes Marilyn andaba por esos días. Mientras que él estaba convencido de que todo terminaría en una nueva boda, ella se lo tomaba como un flirteo. En todo caso, se considera que él fue quien que más la amó y, de hecho, se encargó de su funeral, en el cual lloró amargamente. Después, el beisbolista, uno de los más grandes de su tiempo, fue uno de los propagadores de la teoría de que los Kennedy estuvieron detrás de la desaparición de Marilyn. “Siempre supe quién la mató, pero no quise iniciar una revolución en este país”, dijo una vez, mientras que en otra aseguró que Marilyn le insinuó que el clan intentaría hacerle daño. Sin embargo, biógrafos de Marilyn que han querido aclarar los dichos de Joe, como James Spada, creen que John F. Kennedy y su hermano sí trataron de encubrir su desliz con ella, pero no por la vía del asesinato, que habría sido peor, pues destruiría en un segundo su imagen como la familia más poderosa
Unidos.• y amada de Estados