Harry de Inglaterra y James Hewitt
La renuncia del nieto de la reina Isabel II a los privilegios de la monarquía ha suscitado en las redes sociales la especulación de que todo se debe a que él no es un Windsor.
El traslado de Harry y Meghan Markle, duques de Sussex, de Inglaterra a Hollywood es un hecho sin precedentes en la milenaria historia de la monarquía británica. Él no conoce a nadie en la meca del cine. No tiene trabajo. Está instalado junto con su esposa en la mansión de 18 millones de dólares del rapero Tyler Perry, que encarna lo más distante al entorno de gusto y refinamiento en el que se crio.
El costo de haber tomado esa decisión fue enorme. No podrá recibir durante el resto de su vida un solo centavo del presupuesto del Reino Unido destinado a la casa real. En adelante, le queda prohibido aparecer públicamente con el resto de los Windsor, salvo en las celebraciones familiares. Como el gobierno había invertido más de tres millones en remodelarle un palacete, Frogmore Cottage, cuando era príncipe en funciones, tendrá la obligación de devolver ese monto, pagando cerca de 22.000 dólares mensuales durante más de una década. No podrá utilizar el tratamiento de “su alteza real” ni la palabra “royal” para ninguno de sus negocios.
A todo lo anterior se suma que rompió relaciones con su hermano, el futuro rey William, duque de Cambridge, y que sentía que su esposa era discriminada por algunos miembros de su familia y la aristocracia debido a su origen afrodescendiente. Además, él ha confesado recientemente que durante los últimos tres años ha recibido tratamiento psiquiátrico para entenderse a sí mismo y encontrar su lugar en el mundo. Esa combinación de factores ha puesto a pensar a algunos en las redes sociales que la verdadera razón de esa deserción de la realeza y ese salto al vacío obedecen a lo que se ha especulado desde hace varios años, pero que nunca ha sido confirmado: que Harry no es hijo del príncipe Carlos, heredero al trono, sino de James Hewitt, el instructor de equitación de su madre, Diana de Gales, fallecida en 1997.
El escándalo del affaire fue enorme pues, a fin de cuentas, se trataba de la futura reina de Inglaterra. Pero ella misma lo confesó en la famosa entrevista que le dio al programa Panorama, en 1995, en plena guerra marital con Carlos. En esas declaraciones, insinuó que, si su marido tuvo todo el tiempo un romance con Camilla Parker Bowles, ella no tenía por qué resignarse a un matrimonio de tres personas. Como si fuera