Jared Kushner e Ivanka Trump
Un documental de Netflix revela cómo el esposo de Ivanka Trump, uno de los hombres más influyentes de la Casa Blanca, se aprovecha de su posición para favorecer los negocios de su familia y los múltiples fraudes de su empresa inmobiliaria.
Ningún nombramiento ha sido tan polémico en un gabinete gringo en tiempos recientes como el de Jared Kushner. Que sea el esposo de Ivanka, hija preferida del mandatario y quien también trabaja en el gobierno, no es el problema mayor, pues el nepotismo es aceptado incluso en la democracia más respetada del planeta. Lo malo es la sombra de abyección y conflicto de intereses que carga “el yerno más poderoso del mundo”, llamado así por las delicadas funciones que le encomendó Donald Trump, sin tener nada de experiencia en asuntos de Estado. Como asesor sénior del mandatario es el encargado del manejo de la crisis de los opioides, la diplomacia en el Medio Oriente, la ciberseguridad y la reforma del sistema penal. En fin, una cartera casi que ilimitada de temas para opinar, además de acceso a los documentos más reservados de seguridad nacional.
Jared ha expresado que quiere trabajar “para impactar las vidas de millones de personas”. Pero al escarbar en su faceta de empresario, como lo hizo uno de los nuevos capítulos de la serie Dirty Money, resulta difícil creerle, pues parece que, más bien, no le importa la política y está contribuyendo a acrecentar la desigualdad y los problemas de las comunidades que dice querer ayudar. El programa de Netflix, sobre la corrupción en diversas áreas de la economía, describe la irregular gestión de JK2 Westminster, que forma parte de Kushner Companies, la empresa de bienes raíces de la familia del yerno de Trump. La firma posee y administra 20.000 apartamentos en Nueva York, Nueva Jersey, Maryland, Ohio y Pensilvania, donde ha sido multada múltiples veces y sido objeto de citaciones criminales, por estafar, arruinar y poner en peligro las vidas de sus inquilinos.
Las actividades en Nueva York, un mercado inmobiliario de 1000 millones de dólares, son la joya de la corona. Allí, mientras que Jared e Ivanka viven el glamour propio de ser dueños de torres en la Quinta Avenida, miles de sus arrendatarios, gente de la clase obrera que se ve a gatas para llegar al fin de mes, son víctimas de los abusos de JK2 Westminster.
Plagas de roedores, goteras que se transforman en gruesos chorros de agua, exposición a elementos carcinógenos son algunas de las incomodidades que soportan los clientes. Además, los inquilinos cuentan en el documental que la firma emprende trabajos que implican taladrado, martilleo y excavaciones las 24 horas del día, toda la semana. A algunos, el techo destartalado de sus apartamentos se les ha venido encima.
Todo ello es deliberado y motivado por la codicia. Resulta que en la Gran Manzana hay dos disposiciones que protegen a