Jet-Set

ANDRÉS PARRA, DESPUÉS DE ESCOBAR Y CHÁVEZ, AHORA EL LADRÓN DEL SIGLO.

El actor

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El actor habla sobre el personaje que interpreta en la nueva serie de Netflix, que recrea el asalto al Banco de la República de Valledupar en 1994.

colombiano se mete en la piel de uno de los asaltantes de El robo del siglo, miniserie sobre el asalto al Banco de la República de Valledupar, que estremeció al país y al mundo en 1994. Jet-set dialogó con él sobre este estreno de Netflix el próximo 14 de agosto.

vertirse en ladrón de bancos, catedrales, museos, joyerías, y se pule en ello. Lo marca una notable ansiedad de ascenso social y eso lo hace muy particular, pues lleva una doble vida. Su familia no tiene idea de a qué se dedica.

¿Qué lo hace distinto de otros hampones de la pantalla? –No es el típico líder de la banda que dirige desde un hotel o una guarida, sino que se mete al banco con su combo y lo da todo.

¿Cómo fue la creación de Chayo? –Muy complicada. Estos personajes me cuestan trabajo. La mayoría del tiempo me sentí como perdido. Me agarró una crisis actoral, pero me sirvieron unas charlas muy “bacanas” que tuve con Christian Tappan y Marcela Benjumea (también del elenco).

El Sardino, interpreta­do por Juan Sebastián Calero, es un matón espeluznan­te que tiene un curioso vínculo con Chayo... –Es muy bonita esa relación. Lo bueno de la ficción es que nos permite inventar esas cosas. Juan Sebastián y yo siempre pensamos que el Sardino –de quien creo tiene algo de psicópata– fue un muchacho que él se encontró en El Cartucho (epicentro del lumpen en Bogotá), lo medio adoptó y quiso convertirl­o en un caco de categoría, como él. Es como su hijo bobo. El que le empezó a decir “papá” fue Chayo, y le siguió la corriente, supongo.

¿Logra ponerse en los zapatos de los hampones que interpreta? –Tengo muchas conversaci­ones con ellos. Procuro nunca juzgarlos, desarrolla­r cierta empatía y entender sus razones. Trato de que me dejen lecciones sobre el ser humano y la oscuridad, que es algo que me interesa... La luz me aburre un poco.

Ha perdido mucho peso. ¿Fue por exigencias de su trabajo? –Me adelgacé por un pedido que me hizo Caracol para Escobar, el patrón del mal. Una vez lo logré, seguí bajando hasta perder casi 50 kilos y dije: “Me voy a quedar en este nuevo perfil”. No me volvería a engordar por un personaje. Exploté al gordo treinta años, y ahora quiero hacerlo otros treinta con este que soy ahora.

Ha dicho que no quiere ser un artista famoso, sino importante... ¿Cómo va? –Sigo en esa búsqueda y estoy satisfecho con los proyectos en los que estoy. Se trata de saber escoger, lo que me ha costado mucho desempleo, porque son más los trabajos que rechazo que los que acepto (declinó ser Pablo Escobar otra vez por 160.000 dólares al mes). Tengo que controlar la emoción, porque hay propuestas que me vuelven loco. Discuto sobre cada nuevo papel con mi esposa, mi hijo y mi mánager.

sí.• Hasta que estamos todos de acuerdo, no digo que

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Christian Tappan es Molina o “el Doctor”, uno de los socios principale­s de Chayo en el asalto. Hay entre ellos un viejo resentimie­nto, por un golpe que salió mal años atrás.
 ??  ?? La serie recrea, con realismo, cómo los hampones perforaron la bóveda del banco, con la complicida­d de un policía y un vigilante.
La serie recrea, con realismo, cómo los hampones perforaron la bóveda del banco, con la complicida­d de un policía y un vigilante.
 ??  ?? Marcela Benjumea es Doña K, una bribona implacable y adinerada, a quien Chayo le debe mucha plata.
Marcela Benjumea es Doña K, una bribona implacable y adinerada, a quien Chayo le debe mucha plata.

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