Santiago Cruz

HAY DÍAS...

Entendiendo que estoy escribiendo este texto desde el privilegio enorme de tener un techo sobre mi cabeza, y comida sobre la mesa, porque una de las grandes tragedias de este país es esa, que lo mínimo para vivir es un privilegio, acá andamos, acomodándonos cada día a esta situación que nos tiene a todos pensando: ¿Cuándo será ese cuándo?

Hay algunos músicos, sobre todos los más jóvenes, que crecieron y surgieron dentro de un contacto virtual con su público, para mí, que cuando lancé mi primer disco no existía YouTube, esto de la virtualidad supone todo un reto, y eso que no soy ajeno a las redes, ni a la tecnología, ¡ni más faltaba! Trato de estar al día, tampoco soy tan análogo, pero sin importar qué tan “al día” pueda estar, nada reemplaza el contacto directo.

Hoy nos toca desde casa, y eso requiere un cambio de mentalidad en muchas cosas. Vengo diciendo en todas las entrevistas que, aunque el sexo virtual tiene su encanto, nada como revolcarse en la cama con la otra persona... ¡Lo mismo pasa con la música en vivo! Pero es lo que tenemos y hay que disfrutarlo y aprovecharlo.

Ya tenía mi rincón en casa para trabajar, escribir, experimentar, incluso a veces para escapar. Pero a raíz de todo esto he venido haciendo unos cambios, adecuaciones y adquisiciones que me permiten trabajar en mejores condiciones. De hecho, en el proyecto nuevo que estoy trabajando quedaron dos canciones con las voces grabadas en este estudio, que está lejísimos de tener las condiciones técnicas de un estudio profesional, pero que, a la luz de la realidad, lo importante terminó siendo la interpretación. Mi corazón sigue en el lugar correcto y conectado con mi voz. Por eso nos arriesgamos a dejar esas voces, porque tenían mucho corazón.

El video de “Hay días”, mi canción más reciente, es un capítulo aparte. Hecho en casa, dirigido por mí, con la asistencia de dirección y cámara de Samuel (16), el hijo mayor de mi esposa; y David (14), el siguiente, fue nuestro productor y el encargado de las fotos de detrás de cámara. Nuestra hija Violeta (6), se hizo cargo del playback de audio, así que terminó siendo una aventura familiar, una tarde en la que quisimos romper la rutina del encierro y jugar a hacer un video. Lo hicimos, y ya pasó los cinco millones de reproducciones en YouTube. ¡Una maravilla!

Intentamos hacer lo mejor que podemos con lo que tenemos, y así seguiremos, así nos toca a todos. Es un buen momento para pensar en el otro, mi salud está en tus manos y tu salud está en mis manos, ¡a cuidarnos!