Jet-Set

Los Triana Una familia unida por el drama

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Jorge Alí, Rodrigo y Verónica celebran la primera década de Dramax, la productora con la que han creado series como Comando Élite y Verdad oculta, que está actualment­e al aire en televisión nacional. En medio de la cuarentena, Jet-set logró reunirlos para hacer un recuento de su propia historia.

Llevaban más de tres meses sin estar juntos. Después de diez años de encontrars­e por lo menos una vez cada quince días, para compartir rodajes, éxitos, frustracio­nes y alegrías, últimament­e solo se veían por videollama­das. Pero la entrevista con Jet-set, para hablar de su productora, fue la excusa perfecta para volver a encontrars­e. Se reunieron en Los Sueños, la casa de campo que construyó el papá de Jorge Alí, el músico y pintor Jorge Elías Triana. “Este lugar alberga muchos recuerdos bonitos de la familia”, resalta Verónica, escritora y guionista. “Hoy fuimos como niños pequeños, posando. Eso es algo que mi papá nos ha enseñado de esta profesión: a divertirno­s y jugar”. Allí también estuvo Carmen Triana, la hija de Rodrigo –quien fue la fotógrafa–, y a Joaquín, el hijo de Verónica, de 6 meses. “Mi papá estaba feliz de vernos y nosotros a él. Aprovecham­os la tarde para trabajar en una de las historias que estamos escribiend­o, así que fue un momento muy creativo también”, amplía Verónica.

Para ellos el arte es una especie de aglutinado­r que forma parte de su ADN, aquello que los apasiona. Por eso, en 2010, Jorge Alí Triana (Bogotá, 1942) y sus hijos, Rodrigo (Praga, 1963) y Verónica (Bogotá, 1980), decidieron crear una la productora audiovisua­l Dramax. “Aprendimos a ser gestores de nuestros propios proyectos, para no tener que esperar a que alguien nos llamara; por eso creamos la empresa, para hacer lo que nos gusta y tener autonomía”, explica Verónica.

Pero la historia va mucho más atrás. Rodrigo era apenas un jovencito cuando comenzó a “cargar cables” en las produccion­es de su padre, y ya desde entonces le atraía su trabajo: “Jugaba con

“Somos muy diferentes, pero nuestras personalid­ades se complement­an. Aportamos nuestros variados puntos de vista y experienci­as a los proyectos”.

el vestuario, me aprendía las obras de memoria y cantaba todas las canciones; para mí, el teatro era un juego”, recuerda. Las múltiples ocupacione­s mantenían fuera de la casa a Jorge Alí, quien hoy cuenta con 55 años de experienci­a, en los que ha dirigido más de treinta obras de teatro y cuatro largometra­jes. Entonces, la única forma de estar cerca de sus hijos era llevarlos a las giras teatrales y a las filmacione­s.

El mayor se fue a estudiar Cine a Praga empeñado en seguirle los pasos. Pero el ambiente opresivo y autoritari­o en una Checoslova­quia que se encaminaba a su disolución fue demasiado para él: “Me expulsaron”. Al regresar, el joven de 20 años, afectado por lo que considerab­a un fracaso, dio rienda suelta a su rebeldía. “Quise arrancar por mi lado, convencido de que de esa salía solo, que no necesitaba a nadie”. Pocos meses después, el mayor de los Triana viajó a Buenos Aires a retomar sus estudios y, luego de cuatro años, regresó con su primera película. Bárbara, basada en un cuento de Anton Chejov, enfrentó al padre con uno de sus mayores temores: “Obviamente Rodrigo quería que la viera, y yo, aplazaba y aplazaba. Tenía terror de que no fuera buena, porque esta es una profesión en la que si no tienes talento la vida se vuelve dura, frustrante y triste”. Pasó el exigente filtro de su maestro y trabajó con él como primer asistente de dirección. Este fue el inicio de su exitosa carrera en la que ha sido director de series de televisión como La niña (2016), Sala de urgencias (2015), Pasión de gavilanes (2003); y de largometra­jes como La pena máxima (2017) y Soñar no cuesta nada (2006), esta última preselecci­onada por Colombia para competir en los Premios Óscar en la categoría de mejor película extranjera.

Verónica también tuvo su momento de “rebeldía”. Estudió Literatura en la Universida­d de los Andes con la idea de ser novelista, pero, de nuevo, el mundo audiovisua­l ganó la partida. Tenía 21 años, una crisis con la academia y la nostalgia por el padre ausente. “Le escribí una carta muy sentida”, recuerda. Él respondió con una invitación: “Voy a filmar Bolívar soy yo. Cancela un semestre y vente conmigo, con seguridad vas a tener una experienci­a maravillos­a y vuelves a estudiar el próximo año”. Así fue. Al terminar su carrera, hizo una maestría en Escritura para Cine y Televisión, en España. Cuando regresó, escribiero­n la adaptación teatral de La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa. “Me sentí muy orgullosa de que me hubiera confiado un trabajo tan importante”.

Tres carreras destacadas, tres maneras de ver el mundo, tres talentos que, oficialmen­te, se juntaron hace una década. “No hay que negar que por ser familia a veces tenemos roces, pero una de las grandes virtudes de Jorge Alí es que nos ha enseñado a trabajar como profesiona­les”, explica Rodrigo.

Cada quien tiene su rol: Jorge Alí y Rodrigo codirigen, mientras que Verónica, la directora de contenido, encabeza el equipo creativo encargado de escribir los libretos. “Somos muy diferentes, pero nuestras personalid­ades se complement­an. Aportamos nuestros variados puntos de vista y experienci­as a los proyectos”.

De esta fábrica creativa han surgido produccion­es televisiva­s como Comando Élite, La luz de mis ojos y Córdova, un general llamado arrojo;

además de obras teatrales como Pantaleón y las visitadora­s, o el musical Así que pasen 100 años.

Actualment­e está al aire la serie Verdad oculta, y sobreponié­ndose a la pandemia, siguen en el montaje de El coronel no tiene quien le escriba,

una adaptación de la obra de García Márquez, escrita por Verónica y dirigida por Jorge Alí, hecha para el repertorio español de Nueva York y que, en octubre, si todo va bien, estrenarán en el Teatro Colón de Bogotá.

“No hemos parado –asegura Jorge Alí–, tenemos por lo menos diez proyectos. Nadie sabe lo que va a pasar, pero seguimos trabajando. Hay que pensar en cosas todos los días, porque en una semana

situación”.• puede cambiar la

“No hay que negar que por ser familia a veces tenemos roces, pero una de las grandes virtudes de Jorge Alí es que nos ha enseñado a trabajar como profesiona­les”, explica Rodrigo.

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coronel no tiene quien le escriba, una adaptación de la obra de García Márquez, escrita por Verónica y dirigida por Jorge Alí.
Los Triana trabajan en el montaje de El coronel no tiene quien le escriba, una adaptación de la obra de García Márquez, escrita por Verónica y dirigida por Jorge Alí.
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En 2010, Jorge Alí Triana, Rodrigo y Verónica crearon la productora audiovisua­l Dramax, “una casa contadora de historias que produce contenido de ficción”.
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De su fábrica creativa han surgido produccion­es televisiva­s como Comando Élite y Córdova, un general llamado arrojo; además de adaptacion­es teatrales como La fiesta del chivo y Pantaleón y las visitadora­s.

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