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LA REINA SOFÍA DE ESPAÑA: DIGNA, TRISTE Y HUMILLADA.

La princesa griega, cuyo matrimonio con un príncipe español parecía un cuento de hadas, es hoy la víctima de un drama personal y un escándalo mundial a causa de la codicia y adicción al sexo de su marido.

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La historia de la intrincada vida matrimonia­l de la princesa griega, que hoy soporta el peso de ser las esposa de un rey exiliado por sus escádandal­os personales.

“La historia hablará bien de mí”, concluía Sofía en una inusual entrevista en 2008 por sus 70 años. Hoy, cuando una catástrofe ha desintegra­do a su familia, la reflexión podría seguir siendo la misma, porque se inventó y desempeñó con acierto un rol cuyas funciones no estaban escritas y además ha soportado con entereza el infortunio de vivir atada a un hombre que la ha amado poco.

Sofía de Grecia y Dinamarca es una de las últimas princesas de sangre completame­nte azul. Es hija, hermana, esposa y madre de reyes, de lo que pueden ufanarse pocas, y si se explora su genealogía aparecen más y más monarcas, como el káiser Wilhelm II de Alemania, el zar Nicolás I de Rusia y la reina Victoria I de Inglaterra. Pero, “inquieta yace la cabeza de quien lleva una

corona”, dijo Shakespear­e, y la vida de la reina de España tiene esos visos trágicos de los dramas de El Bardo.

Nació el 2 de noviembre de 1938 en el Palacio de Tatoi, la residencia estival de la familia real de Grecia, donde su padre, Pavlos, era la cabeza de una monarquía endeble. La verdad es que la cuna de la civilizaci­ón nunca fue una nación en el sentido actual de la palabra, hasta que las potencias occidental­es se “inventaron” allí un reino para contrarres­tar los avances del imperio otomano. En 1862 tumbaron al rey Otto, que no les fue útil, y pusieron en el trono a un hijo de Christian IX de Dinamarca, quien reinó como Geórgios I y fue el bisabuelo de Sofía. Pero una tormentosa atmósfera política trajo varios destronami­entos e impidió que la corona se afianzara. Durante la Segunda Guerra Mundial, Sofía y su familia debieron exiliarse en Egipto y Sudáfrica, donde vivían en una cabaña llena de ratas y se alimentaba­n de las yerbas que crecían en los caminos. En 1947 Pavlos subió al trono.

Sofía contó que el contacto con los parientes de Europa occidental era casi nulo, así que nunca pensó ser reina de España. Se relacionab­a, más que todo, con príncipes búlgaros, rumanos o de los Balcanes, con quienes compartía lazos de sangre o la fe ortodoxa. Su extrema timidez le dificultab­a conseguir novio, pero para eso estaba su madre, la “vasilisi Frideriki”, la reina Federica de Hannover, princesa de Gran Bretaña e Irlanda, excéntrica, ambiciosa, hábil en el manejo de la imagen, de quien se dice era la que realmente reinaba. Como sucede hoy con el esposo de Sofía, Federica fue acusada de enriquecer­se de la noche a la mañana con jugosas “donaciones” de millonario­s.

En 1954, uno de ellos, Eugenios Eugenides, le ofreció darle lo que quisiera, y ella le pidió un yate para convidar a toda la realeza a un crucero por las islas griegas, con fines casamenter­os. Entre los invitados figuraron Juan de Borbón, conde de Barcelona, hijo del depuesto rey Alfonso XIII de España; su esposa, María de las Mercedes (alias María la Brava), y sus hijos, Juan Carlos, Pilar y Margarita.

Sofía y Juan Carlos se cayeron bien, para agrado de Federica y Juan, así que pactaron el matrimonio de sus herederos. Empero el guapo príncipe, digno portador del gen lujurioso de los

Poco después del ascenso al trono, lo descubrió con otra en la cama y desde entonces durmieron en pisos separados del Palacio de la Zarzuela.

Borbón, tenía romances al tiempo con la condesina Olghina di Robilant y Maria Gabriela de Saboya, hija del rey Umberto II de Italia, otra asistente al crucero. Años después, apareció una mujer con la versión de que ella era la hija que esta última y Juan Carlos concibiero­n en el Agamenón, nombre del barco.

Sofía tenía otros pretendien­tes, como el duque de Kent, Harald de Noruega y herederos de los armadores Goulandris y Livanos. Pero su padre fue tajante, debía casarse con un príncipe y Juan Carlos, provenient­e de 17 reyes en línea directa hasta desembocar en Isabel la Católica, terminó siendo la mejor opción.

Todo eso lo cuenta Pilar Eyre en su apasionant­e biografía de Sofía, La soledad de la reina, en la que se lee que el noviazgo empezó a tomar forma en 1960, en medio de las celebracio­nes por la medalla de oro que ganó el hermano de ella, el futuro rey Konstantín­os de Grecia (“el tonto de la familia”, según sus propios parientes), en las Olimpiadas de Roma. Eyre relata que Juanito, como le decían, aceptó casarse con Sofía a regañadien­tes y a pesar de que no se aguantaba el autoritari­smo de Federica, quien lo llamaba “desgraciad­o” y “menos que nada”. El príncipe estaba tan renuente, que al saber que el húngaro Robert de Balkany, luego esposo de Maria Gabriela, le quería quitar a su novia, le dijo: “No seas tonta, te hará feliz, es muy rico”. Unos creen que ella estaba muy enamorada y otros que, al igual que él, se casó por deber, en la primavera de 1962, tras lo cual se residencia­ron en España, donde empezaron a trabajar por ganarse el puesto de reyes.

Juan Carlos era el elegido del dictador Francisco Franco para sucederlo, pero tenía un rival: su primo Alfonso de Borbón, duque de Cádiz, nada menos que el esposo de la nieta del Generalísi­mo,

Carmen Martínez-Bordiú. Por eso, emprendier­on una campaña para demostrar que eran los más aptos, que incluyó una visita al presidente John F. Kennedy.

Fueron difíciles los primeros años de Sofía en España. La burguesía, fanática del catolicism­o, la llamaba “la hereje” por su religión ortodoxa, y cuando quiso ser voluntaria de una obra social, no la dejaron, por ser mal visto en una princesa. Pero, buena alumna del manejo de la autopropag­anda de su madre, se volvió toda una española, de mantilla, gazpacho y tortilla, y se hizo cercana a la gente.

Todo ello dio sus frutos en 1975, cuando Franco murió y dejó a Juan Carlos en el trono. Pero, logrado el objetivo, el matrimonio se enfrío. Si Juan Carlos antes no necesitaba mucho estímulo, ahora, como rey, “se le ofrecían todas”, dijo un testigo. Al poco tiempo de la proclamaci­ón, narra Eyre, se fue de caza y ella le llegó de improviso al campo con sus hijos, los infantes Elena, Cristina y el actual rey Felipe VI. La asombrada fue ella, al descubrirl­o con otra en la cama. Quiso divorciars­e, pero su madre la disuadió, preguntánd­ole si quería llevar la vida miserable en que ella cayó desde la deposición de la monarquía en Grecia, en 1973. Le hizo caso, pero sacó al rey de la alcoba matrimonia­l para siempre.

El historiado­r Amadeo Martínez Inglés aseguró que el rey se ha acostado con unas 5000 mujeres. Según reportes secretos a Franco, fueron 332 cuando estaba en sus 20; 2154, de 1976 a 1994; y otras 191, entre 2005 y 2014. Más moderada es la cifra de 1500 amantes que dan biógrafos como Andrew Morton y la propia Eyre. “Por cada gramo de verdad hay una montaña de especulaci­ón”, matiza el primero al respecto. Se murmura, de igual modo, sobre la existencia de unos 20 hijos ilegítimos, frutos de esas aventuras con artistas, modelos, nobles o sencillas campesinas. Solo dos personas han reclamado su paternidad ante los tribunales, Ingrid Sartiau y Albert Solà, sin éxito.

Juan Carlos siempre se llevaba un colchón a sus jornadas de caza para disfrutar cómodament­e con sus amantes, según el historiado­r Amadeo Martínez Inglés.

“No soy un hombre que se enamore apasionada­mente, perdidamen­te”, contestó Juan Carlos cuando le preguntaro­n qué tan profundo era su amor por Sofía cuando se casaron.

“Es tan mujeriego que con la única con quien no pasa mucho tiempo es con Sofía”, rezaba una chanza popular cruel con la reina, blanco además de los desplantes del rey. En una entrevista, por ejemplo, no fue capaz de responder categórica­mente si se enamoró de ella.

“Qué más me da”, decía Juan Carlos ante las críticas por sus infidelida­des, que eran un secreto a voces lo mismo que sus dudosos negocios, pero la arrogancia se le empezó a devolver en 2012, cuando un accidente durante una cacería en Botsuana confirmó su derroche de lujos decadentes y sus amores con la princesa Corinna zu-Sayn-Wittgenste­in.

Ello, junto con el escándalo de corrupción de su hija Cristina y su esposo Iñaki Urdangarin, precipitar­on su abdicación en Felipe en 2014, luego de llevar el país a la democracia. Reyes eméritos, pasaron a llamarse él y Sofía, quien tuvo así que soportar otra humillació­n.

Las cosas no pararon ahí, dado que Corinna lo traicionó. El policía José Manuel Villarejo grabó unas conversaci­ones en las que ella declaró que Juan Carlos recibía millonaria­s comisiones de monarcas árabes por interceder en favor de empresario­s españoles para que les concediera­n contratos. El caso más sonado es el de los 100 millones de dólares que le dio el rey Abdalá de Arabia Saudita, 65 de los cuales escondió en una cuen

El rey tendría unos 20 hijos ilegítimos,frutos de sus aventuras, pero solo dos han reclamado la paternidad ante los tribunales,sin éxito.

ta de su querida. Fue una donación en agradecimi­ento porque su hijo y ella lo cuidaron en su enfermedad, justificó la princesa. Pero se sospecha que la intención del rey fue blanquear el capital.

Corinna además aseguró que él le prometió divorciars­e de Sofía y casarse con ella, pero que no tenía dinero, así que le tocaba trabajar, para lo cual él la pondría en contacto con personas influyente­s. Eso sí, debía darle la mitad de las ganancias. “No conoce los límites entre lo legal y lo ilegal”, sostuvo la relacionis­ta, llamada “chantajist­a profesiona­l” por el bando del exjefe de Estado. Así mismo describió su supuesta codicia: “Tomaba un avión a los países árabes y regresaba hasta con cinco millones de euros en un portafolio­s. La plata está en La Zarzuela. Tiene una máquina para contar billetes. Lo vi con mis propios ojos –agregó Corinna–. Sé dónde están las cuentas, las propiedade­s compradas con esos dineros y quiénes son los testaferro­s”.

A raíz de este y otros indicios, las autoridade­s de España y Suiza iniciaron investigac­iones para conocer si Juan Carlos incurrió en lavado de activos y fraude fiscal. La situación se tornó tan grave, que hace poco se tuvo que exiliar, en un destino incierto y el rey Felipe renunció a su herencia, lo que significó una virtual ruptura con su padre.

¿Sabía Sofía de los pasos de su marido? Pilar Eyre asegura que sí. Es más, lo instó a ello, pues teme que queden en la ruina si son destronado­s, algo de lo que ahora, ante tal seguidilla de escándalos, se habla con insistenci­a. Ella parecía haberse acercado al rey en los últimos años, pero ante el nuevo revés, no lo siguió al exilio, sino que permanece en sus aposentos del primer piso de La Zarzuela, testigo mudo de sus lágrimas a causa

• de esta historia sin final feliz.

La biógrafa Pilar Eyre asegura que la reina no solo sabe de los manejos turbios de Juan Carlos, sino que lo ha instado a ello, temerosa de que los derroquen y queden en la ruina.

 ??  ?? Sofía, de 82 años, estuvo a punto de divorciars­e de Juan Carlos por sus infidelida­des, pero su madre la disuadió advirtiénd­ole de que llevaría una vida miserable.
Sofía, de 82 años, estuvo a punto de divorciars­e de Juan Carlos por sus infidelida­des, pero su madre la disuadió advirtiénd­ole de que llevaría una vida miserable.
 ??  ?? Juan Carlos y la reina en Palma de Mallorca en 2005. Se han filtrado grabacione­s en las que ella lo regaña ante lo torpe que se ha vuelto por sus problemas de movilidad.
Juan Carlos y la reina en Palma de Mallorca en 2005. Se han filtrado grabacione­s en las que ella lo regaña ante lo torpe que se ha vuelto por sus problemas de movilidad.
 ??  ?? Los futuros esposos con sus familias el día del compromiso en la capital griega. De izquierda a derecha: la princesa Irene; el futuro rey Konstantín­os; la reina Federica; el infante Juan de Borbón, conde Barcelona; la princesa Sofía; el príncipe Juan Carlos; el rey Pavlos de los Helenos, y la princesa María de las Mercedes de Borbón, condesa de Barcelona.
Los futuros esposos con sus familias el día del compromiso en la capital griega. De izquierda a derecha: la princesa Irene; el futuro rey Konstantín­os; la reina Federica; el infante Juan de Borbón, conde Barcelona; la princesa Sofía; el príncipe Juan Carlos; el rey Pavlos de los Helenos, y la princesa María de las Mercedes de Borbón, condesa de Barcelona.
 ??  ?? Atenas, septiembre de 1961. El nieto de Alfonso XIII de España y la hija del rey Pavlos de Grecia meses antes de su boda. Se casaron obligados por sus familias, pero si alguno de los dos estaba enamorado era ella.
Atenas, septiembre de 1961. El nieto de Alfonso XIII de España y la hija del rey Pavlos de Grecia meses antes de su boda. Se casaron obligados por sus familias, pero si alguno de los dos estaba enamorado era ella.
 ??  ?? Sofía, a la izquierda, era la hija mayor de los reyes de Grecia, seguida por los príncipes Konstantín­os e Irene, quien nunca se casó y siempre ha vivido con su hermana en Madrid. La foto fue tomada poco después del ascenso de su padre al trono en 1947.
Sofía, a la izquierda, era la hija mayor de los reyes de Grecia, seguida por los príncipes Konstantín­os e Irene, quien nunca se casó y siempre ha vivido con su hermana en Madrid. La foto fue tomada poco después del ascenso de su padre al trono en 1947.
 ??  ?? Madrid, 22 de noviembre de 1975. La histórica proclamaci­ón de Juan Carlos como rey marcó el retorno de la monarquía y la transición a la democracia, su gran logro, y el inicio del milagro económico español.
Madrid, 22 de noviembre de 1975. La histórica proclamaci­ón de Juan Carlos como rey marcó el retorno de la monarquía y la transición a la democracia, su gran logro, y el inicio del milagro económico español.
 ??  ?? Los nuevos reyes en 1976 con sus tres hijos, los infantes Felipe, Cristina y Elena. En ese momento los monarcas ya dormían en pisos separados del Palacio de la Zarzuela.
Los nuevos reyes en 1976 con sus tres hijos, los infantes Felipe, Cristina y Elena. En ese momento los monarcas ya dormían en pisos separados del Palacio de la Zarzuela.
 ??  ?? En diciembre de 1963 le dieron la bienvenida a su hija mayor, Elena, a quien el rey después nombró duquesa de Lugo.
En diciembre de 1963 le dieron la bienvenida a su hija mayor, Elena, a quien el rey después nombró duquesa de Lugo.
 ??  ?? La familia real en su acostumbra­do veraneo en Mallorca en 1994.Elena, Felipe y Cristina sabían que los frecuentes viajes de su padre eran para verse con sus amantes, según sus biógrafos.
La familia real en su acostumbra­do veraneo en Mallorca en 1994.Elena, Felipe y Cristina sabían que los frecuentes viajes de su padre eran para verse con sus amantes, según sus biógrafos.
 ??  ?? Diana de Gales y Juan Carlos, en Toledo en 1987. Ella le aseguró al escritor Andrew Morton que el rey trató de seducirla durante unas vacaciones el año anterior.
Diana de Gales y Juan Carlos, en Toledo en 1987. Ella le aseguró al escritor Andrew Morton que el rey trató de seducirla durante unas vacaciones el año anterior.
 ??  ?? Una de las últimas ocasiones en que los Borbón se vieron en pleno fue en el verano de 2007 en el Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca. Adelante, de izquierda a derecha: Miguel, Juan Valentín y Pablo Urdangarin Borbón, y Froilán y Victoria Federica de Marichalar Borbón. Al centro, Felipe con la infanta Leonor, su esposa Letizia con la infanta Sofía, Juan Carlos, Sofía, Elena y Cristina con Irene Urdangarin. Atrás: Iñaki Urdangarin y Jaime de Marichalar.
Una de las últimas ocasiones en que los Borbón se vieron en pleno fue en el verano de 2007 en el Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca. Adelante, de izquierda a derecha: Miguel, Juan Valentín y Pablo Urdangarin Borbón, y Froilán y Victoria Federica de Marichalar Borbón. Al centro, Felipe con la infanta Leonor, su esposa Letizia con la infanta Sofía, Juan Carlos, Sofía, Elena y Cristina con Irene Urdangarin. Atrás: Iñaki Urdangarin y Jaime de Marichalar.
 ??  ?? Según su biógrafa, Pilar Eyre, desde el funeral de la duquesa de Alba, la reina y su viudo, Alfonso Díez, se volvieron tan cercanos que el rey Felipe prohibió que le pasaran las llamadas de él a su madre.
Según su biógrafa, Pilar Eyre, desde el funeral de la duquesa de Alba, la reina y su viudo, Alfonso Díez, se volvieron tan cercanos que el rey Felipe prohibió que le pasaran las llamadas de él a su madre.
 ??  ?? Según Jaime Peñafiel, exempleado de palacio, el ufólogo J. J. Benítez se enamoró de la reina durante una visita a Perú y hasta le compuso un poema.
Según Jaime Peñafiel, exempleado de palacio, el ufólogo J. J. Benítez se enamoró de la reina durante una visita a Perú y hasta le compuso un poema.
 ??  ?? La protección que le brindó al arte del chelista Mstislav Rostropovi­ch despertó el rumor de que tuvieron un romance.
La protección que le brindó al arte del chelista Mstislav Rostropovi­ch despertó el rumor de que tuvieron un romance.
 ??  ?? De sus muchas amantes, ninguna puso en aprietos a Juan Carlos como la princesa Corinna zu-Sayn-Wittgenste­in –en el círculo–, a quien instaló en el Palacio del Pardo y llevaba en sus viajes oficiales. Sus indiscreci­ones sobre supuestos negocios turbios lo tienen investigad­o por la justicia y precipitar­on su reciente exilio.
De sus muchas amantes, ninguna puso en aprietos a Juan Carlos como la princesa Corinna zu-Sayn-Wittgenste­in –en el círculo–, a quien instaló en el Palacio del Pardo y llevaba en sus viajes oficiales. Sus indiscreci­ones sobre supuestos negocios turbios lo tienen investigad­o por la justicia y precipitar­on su reciente exilio.
 ??  ?? Otra consecuenc­ia del destape de su affaire con Corinna fue la abdicación en 2014. Al contemplar­lo firmando el acta, Sofía debía pensar que se iban al traste cuatro décadas de esfuerzos por afianzar la monarquía.
Otra consecuenc­ia del destape de su affaire con Corinna fue la abdicación en 2014. Al contemplar­lo firmando el acta, Sofía debía pensar que se iban al traste cuatro décadas de esfuerzos por afianzar la monarquía.
 ??  ?? Sofi y Juanito, como se llaman cuando están en las buenas, en Luxemburgo el año pasado. Con Corinna fuera del camino, la reina empezó a acercarse de nuevo a su esposo, pero el revés del escándalo de corrupción los ha vuelto a separar.
Sofi y Juanito, como se llaman cuando están en las buenas, en Luxemburgo el año pasado. Con Corinna fuera del camino, la reina empezó a acercarse de nuevo a su esposo, pero el revés del escándalo de corrupción los ha vuelto a separar.
 ??  ?? Tras la renuncia de Juan Carlos, los cercanos a Sofía aseguran que le incómoda ver su agenda reducida y sentirse relegada en palacio por su nuera, la reina Letizia, con quien protagoniz­ó una pelea en público.
Tras la renuncia de Juan Carlos, los cercanos a Sofía aseguran que le incómoda ver su agenda reducida y sentirse relegada en palacio por su nuera, la reina Letizia, con quien protagoniz­ó una pelea en público.

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