APARECE EL HIJO SECRETO DE PABLO ESCOBAR.
Phillip Witcomb, un pintor inglés que asegura ser el primogénito que el mafioso tuvo en la adolescencia, acaba de publicar un libro en el que sostiene que está a punto de descifrar las claves que lo conducirán a la fortuna perdida de su padre.
El pintor Phillip Witcomb, que asegura que el narcotraficante es su padre, publica un libro con detalles de su vida, su relación con el capo y sus secretos.
Los primeros recuerdos de Phillip Witcomb son el ruido de unos disparos en una habitación y una mujer vestida de rojo. Durante mucho tiempo el zumbido de las balas y la misteriosa imagen se le aparecieron en pesadillas sin que él entendiera de dónde provenían. Hoy, a sus 55 años, asegura que son los vestigios de un trauma de su infancia: el momento en que hombres del MI6, el servicio de inteligencia británico, lo rescataron de las garras de su padre, Pablo Escobar Gaviria, el mítico narcotraficante colombiano.
En el operativo, según le relató al programa BBC Newsnight a comienzos de agosto, murió su madre biológica, María Luisa Sendoya, que lo tuvo a los 14 años. Patrick Witcomb, uno de los agentes de la misión, se encargó de ponerlo a salvo en un orfanato de Bogotá y al año siguiente regresó al país con su esposa Joan para adoptarlo formalmente.
Phillip fue bautizado en la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes como Roberto Sendoya, y en la partida reza que su padre es Pablo Escobar, sin mayores señas de identidad o rastro de sus abuelos paternos. Si el futuro líder del Cartel de Medellín, que para ese entonces tenía 16 años, lo hubiera reconocido, su primogénito llevaría el nombre de uno de sus tíos, Roberto Escobar, también mafioso, más recordado “el Osito”.
Durante un tiempo, Phillip vivió con su nueva familia en Colombia, pero para evitar retaliaciones e intentos de Escobar por secuestrar a su hijo, regresaron a Inglaterra. Allí se educó en los prestigiosos colegios de St. Hugh’s, en Oxfordshire, y Lucton School, en Herefordshire, ubicados en parajes reservados en los que su verdadera identidad nunca saldría a la luz.
Los primeros años de su vida en las islas transcurrieron sin mayores descontentos, salvo las largas e inexplicadas ausencias
Fue adoptado por Patrick Witcomb, un agente del MI6, quien solo le reveló que era hijo de Escobar cuando tenía 24 años.
de su padre, que hoy Phillip justifica como temporadas en las que desaparecía para prestar sus servicios secretos. La paz se interrumpió en 1975, cuando David Panter, un profesor de Lucton, abusó sexualmente de él en las duchas del instituto. Aunque lo denunció en su momento, Lucton no fue condenado hasta 2016, tras haber atacado a otros siete estudiantes.
Desde los 9 años, Phillip tenía claro que era adoptado, pero no conoció el calibre de su linaje hasta que cumplió 24. En 1989 se había instalado en el sur de España y su padre adoptivo lo llamó para encontrarse en Madrid, donde finalmente le dio la noticia. Aunque para ese entonces Escobar tenía a Colombia sumida en el terror y era uno de los hombres más buscados del mundo, Phillip solamente comprendió quién era el personaje cuando Patrick se refirió a él como la persona a la que visitaron un par de veces en Medellín.
Según le contó a la televisión británica, para mantener al capo tranquilo, Witcomb le llevó un par de veces a su hijo. Los viajes tenían un doble propósito, pues además le permitían a Patrick seguir de cerca los pasos del patrón y reportar sus movimientos al MI6. El miedo con el que Phillip asistía a esos encuentros le ha nublado la memoria, pero evoca lúcidamente una vez que el mafioso le puso la mano sobre el hombro y le dijo que siempre debía recordar que era un Escobar.
Tras revelar la identidad del padre biológico, Patrick asignó un esquema de seguridad para que cuidara de Phillip y su familia, compuesta por su esposa Sue y sus hijos Jonathan, entonces de 3 años, y Anna, de 1, quienes serían los nietos mayores de Escobar.
Después de la muerte del capo en diciembre de 1993, Phillip intentó escribir un libro con lo que hasta entonces sabía sobre él. Sin embargo, ser el descendiente del autor de algunos de los crímenes más aterradores de la historia reciente fue una carga que lo hundió en una depresión por la que llegó a estar hospitalizado varias semanas.
Hoy, más 25 años más tarde, ha podido cumplir ese propósito. A comienzos de agosto publicó Son of Escobar: First born, firmado como Roberto Sendoya Escobar. Ahí promete contar los orígenes del sangriento legado de su verdadero progenitor, las labores de inteligencia del MI6 y los primeros asesinatos ordenados por el temido capo. Phillip está seguro de que su libro será llevado al cine o la televisión como una especie de “precuela” o antecedente de la historia que el planeta ha conocido a través de producciones como Narcos.
Phillip, que desde hace años vive en Mallorca dedicado a la pintura hiperrealista, asegura que las labores de espionaje de su padre adoptivo dieron frutos recientemente, pues antes de morir le entregó una serie de códigos para hallar la fortuna perdida de Escobar. Desde entonces está empeñado en estudiar los movimientos del mafioso y asegura estar muy cerca de descifrar las claves que lo llevarían hacia los millones ocultos. Según dijo al programa Good Morning Britain, sabe que no hallará dinero en efectivo, pero sea cual sea la forma en que lo encuentre, ya decidió que será destinado en su totalidad a obras de beneficencia que ayuden a contrarrestar el dolor y los daños
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Recuerda que en la infancia fue traído a Colombia al menos dos veces para visitar a Pablo Escobar.