JULIANA MÁRQUEZ: "NO ES FÁCIL SER LA MAMÁ DEL PRESIDENTE”.
La mamá del mandatario Iván Duque aprovechó la cuarentena para organizar, desde su apartamento en Bogotá, la entrega de mercados en cinco regiones del país. Le contó a que dejó de ver noticias, porque la mortifican, y prefiere dedicar su tiempo a ayudar.
Jet-set la visitó en su casa y contó por qué dejó de ver noticias y cómo ha dedicado su tiempo a ayudar a los más necesitados.
Jet-set
Cuando el jefe de Estado ordenó el aislamiento obligatorio para todos los colombianos a mediados de marzo, su mamá, Juliana Márquez, se quedó sola. Sus dos hijos Iván y Andrés, sus tres nietos, y su nuera María Juliana no volvieron a verla, por su seguridad. Como tantos abuelos en nuestro país, estuvo aislada y lejos de su familia.
Pero la suya no es una historia de soledad y tristeza. Todo lo contrario, aprovechó la pandemia para multiplicarse, para ser útil y, como dice ella, “para invitar a otros a servir”. Desde su confinamiento se ha dedicado, sin descanso, a pedir, organizar y despachar mercados y productos de bioseguridad a más de veinte departamentos. Tiene el apoyo de más de sesenta empresas que, gracias a su gestión, le entregan importantes donaciones al país: “Aproveché mi cuarto de hora, la fortuna de que todos me pasan al teléfono. Lo estoy usando para invitar a la gente a servir, a ser solidarios, a ayudar”.
La experiencia de cómo la pandemia la transformó comenzó con un pensamiento: “O me pongo oficio, o me enloquezco”. Lo primero que hizo fue llamar a la Fundación El Nogal. Les propuso llevar mercados a algunos hogares de adultos mayores