Luisa Fernanda Ardila
Caquetá
Le cambió la visión del mundo a los 15 años cuando se fue con su familia a vivir a Florencia. Nació en el municipio de El Doncello, donde los días transcurrían entre las plantaciones de caucho, la ganadería y la agricultura, pero su sueño era ser abogada. Terminó bachillerato y comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de la Amazonia.
Terminó la carrera a los 20 años y no se conformó con hacer la judicatura en una entidad departamental, sino que golpeó puertas en el Congreso de la República ante el escepticismo de muchos. “Durante un año trabajé en la oficina jurídica de la Cámara de Representantes, me esforcé, aprendí y maduré”.
Regresó a Florencia y se graduó en febrero del año pasado y comenzó a ejercer, primero como inspectora de policía de La Montañita, luego con el Observatorio Ambiental y de Paz, y con la Fundación Biocomunicación Casa de la Mujer, donde brinda asistencia jurídica gratuita a mujeres en estado de vulneración.
Con este bagaje pareciera que en su vida no había cabida para los reinados de belleza, pero vio en este rol el complemento ideal para darle visibilidad a su departamento. “Como embajadora del Caquetá tengo la responsabilidad de aprovechar esta plataforma para hablar de una zona históricamente olvidada. Fuimos territorio de guerra, pero gracias a procesos internos y mucho esfuerzo social nos proyectamos como tierra de paz, desarrollo económico y potencia de turismo ecológico”.