Yennifer Pulgarín
Norte de Santander
Desde que nació, su mundo ha transcurrido en medio del silencio. Pero la vida que suma y no resta, la premió con otro don: comunicarse desde las vibraciones de su corazón. Durante el embarazo su mamá sufrió de rubeola y ella nació con hipoacusia bilateral.
“El silencio es relativo, no existe, porque el corazón y el lenguaje de señas me permitió conectarme, ver las diferencias y unir el mundo de las personas oyentes y los sordos, para romper la barrera de la incomunicación”.
Fue la menor de tres hermanos. Sus padres no le dieron un trato especial, sino que incentivaron su potencial. Estudió en un colegio de educación incluyente, donde había niños con su misma incapacidad en el que aprendían en igualdad de condiciones, a través de intérpretes de señas.
Le gusta bailar, las artes y la moda. En la adolescencia trató de incursionar en el modelaje: “Pero me discriminaron al no pagarme lo mismo que a las otras modelos, incluso hubo desfiles en los que no recibí nada”.
Se sacó la espina en 2017 cuando fue elegida “Miss Sorda Colombia” y viajó a Italia para representar al país en este certamen mundial. Hoy llega a Miss Universe Colombia con un propósito muy claro: “Generar impacto para cambiar los estereotipos que hay hacia personas con algún tipo de discapacidad, como yo”.