JOE BIDEN: ENTRE EL PODER Y LA TRAGEDIA.
El presidente electo sigue firme a sus 78 años, a pesar de que se le han muerto dos hijos, casi lo matan dos aneurismas y las embarradas de su hijo Hunter amenazaron con arruinar su llegada a la Casa Blanca.
Uno a uno, los infortunios, de los que muchos hablan, acerca de la vida familiar del presidente electo de Estados Unidos.
Solo dentro cuatro años se sabrá si Biden logró o no el objetivo de sanar al hoy dividido Estados Unidos, como lo pretende; pero incluso quienes lo tildan de político gris no pueden negarle que la vida lo ha obligado a desarrollar la habilidad para vencer desgracias devastadoras y curar hondas heridas.
El presidente electo nació en un hogar de ancestro irlandés católico que siempre enfrentó altibajos económicos. Ante ello, su padre, Joseph, vendedor de autos usados, y su madre, Jean, tuvieron que aceptar la hospitalidad de los padres de ella en Scranton, Pensilvania, donde el futuro político nació en 1942.
El primer revés que enfrentó el mayor de la familia fue la tartamudez, que una vez lo expuso a las burlas de una monja de la St. Helena School. “Señor Ba-Ba-Ba-Biden”, le dijo en una clase, “¿qué palabra es esa?”, y todos estallaron en carcajadas. Ofendido, Joe salió corriendo a su casa, de donde regresó con su madre, quien
amenazó a la religiosa con volarle la toca de un golpe si volvía a ridiculizarlo.
Pero ello no hizo de Joe el típico niño matoneado. Gracias a sus habilidades en los deportes era popular y su carisma le ganó la estima de sus condiscípulos, que lo eligieron presidente del curso. Ser tan bueno en el fútbol americano le mereció un cupo en la University of Delaware, estado al que los Biden se mudaron en pro de una vida mejor. Allí, como en el colegio, no fue un estudiante brillante: al obtener su Bachelor of Arts en Ciencia Política, Historia e Inglés, en 1965, ocupó el puesto 506 entre 688 alumnos.
Al año siguiente, conoció en Bahamas a Neilia Hunter, con quien se casó en 1968 y tuvo tres hijos: Joseph “Beau”, Robert Hunter y Naomi.
Tras la muerte de su esposa y su hija, quiso renunciar al Senado y hasta suicidarse, pero pensó en que no podía dejar solos a Beau y Hunter.
Mientras ella cuidaba a los niños, él estudiaba leyes en la Syracuse University y, obtenido el diploma, se unió a la barra de Wilmington, capital de Delaware, donde fue abogado de oficio antes de formar parte de un bufete cuyo director, fervoroso miembro del Partido Demócrata, lo inspiró a lanzarse a la política y así fue elegido concejal del condado de New Castle.
Biden saltó a la escena nacional en 1972 al colmar su aspiración al Senado por Delaware, luego de una campaña por la que nadie daba un centavo, sin dinero, y cuyo equipo era su familia, con Neilia como principal cerebro. Fue el quinto miembro más joven en la historia de la Cámara Alta.
A las seis semanas de las votaciones, la euforia del triunfo se trocó en llanto, cuando Neilia, al volante, se estrelló con los niños. Ella y Naomi murieron, mientras que Beau y Hunter sufrieron graves heridas. En principio, contó en sus memorias, Biden quiso suicidarse, pero pensó en los niños. También consideró renunciar al Senado, pero
Acusaciones
de plagio y de inflar detalles de su pasado dieron al traste con su primera campaña presidencial en 1988.
sacó fuerzas y se posesionó al lado de la cama de sus hijos aún internados en el hospital. Desde entonces, viajó casi cuatro horas diarias entre Wilmington y Washington, y viceversa, para poder ver a Beau y Hunter todos los días.
En 1975, su hermano Frank le presentó a Jill Tracy Jacobs, maestra, como Neilia, y divorciada. Para medir el grado del amor que los unió desde el primer instante, basta decir que ella se convirtió en la madre de sus retoños, quienes lo animaron a que le pidiera matrimonio, ceremonia que tuvo lugar en 1977 en la capilla de las Naciones Unidas en Nueva York.
Once años más tarde, Biden lanzaba su aspiración presidencial y lo que comenzó con magníficas perspectivas terminó en fiasco, pues fue acusado de varios plagios. También lo pillaron en mentiras o “exageraciones” sobre su pasado, como que estudió con una beca completa, que se graduó con excelentes notas, o que marchó por el movimiento de los derechos civiles. Tuvo que renunciar a su campaña y a los pocos días fue operado de dos aneurismas. Una complicación del caso, una embolia pulmonar, casi le quita la vida.
En los años sucesivos, expuso su capital político con malas decisiones, como ponerse del lado de reconocidos segregacionistas que combatieron el transporte de niños negros a escuelas predominantemente blancas. Kamala Harris, su vicepresidente, sufrió en carne propia este acto discrimi
Le pidió cinco veces matrimonio a Jill antes de que le diera el sí. Ella asegura que lo quiso desde que se conocieron en una cita a ciegas.