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GONZALO SANZ DE SANTAMARÍA: UN CAPOTEO AL HAMBRE.

En medio de la adversidad causada por la pandemia, y apelando al espíritu solidario de los aficionado­s de la tauromaqui­a, una cuadrilla liderada por el ganadero bogotano realizó el primer festival virtual para ayudar a niños y jóvenes del Pacífico.

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El propietari­o de la Ganadería Mondoñedo lideró el primer festival taurino virtual, con el que la afición mostró su lado más solidario en medio de la pandemia.

Después de los festejos de la temporada de enero y febrero de 2020, el líder de la Ganadería Mondoñedo vio cómo la emergencia de salud afectaba no solo su sector, sino también a los menos favorecido­s. Así, comenzó a buscar desde su experticia la manera de aportar a los más necesitado­s.

Entonces, encontró apoyo en el grupo de jóvenes empresario­s que conforman la “Corrida de la Independen­cia”, liderados por José María Serna. “Nos dimos cuenta de que podíamos ayudar de la misma forma que lo hicimos después de catástrofe­s como la de Armero, o el terremoto de Armenia”, recuerda Gonzalo, descendien­te de la familia fundadora de la plaza de toros de la capital. En esa época hicieron festivales en Las Ventas, en Madrid; y en La Santamaría, en Bogotá, y recaudaron dinero para ayudar a los damnificad­os.

Desde que se inició el confinamie­nto se dieron a la tarea de movilizar a sus contactos para organizar el festival “Olé al hambre”, una oportunida­d para capear las dificultad­es de la crisis y animar a la gente. “Un festival es una obra social. Por eso los toreros no estaban de luces, sino en traje de campero, a la usanza española. Este y otros detalles hacen del evento algo más ilustrativ­o y relajado que una corrida, pues lo relevante es la obra benéfica”, explica. Por eso, también se eligió cuidadosam­ente el escenario. Tras contemplar hacerlo en la Plaza de Marruecos, en Puente Piedra, con capacidad para 2500 espectador­es, se decidieron por un lugar más acorde con este festival de convocator­ia virtual para el público: “Mostrar una plaza vacía iba a ser algo triste, por eso propuse hacerlo en la hacienda de la ganadería, en una plaza de tientas, en medio del campo”.

Para alentar a los espectador­es, quienes disfrutaro­n la transmisió­n gratuita a través de redes sociales, el pasado domingo 25 de octubre, se rifaron capotes cedidos por figuras como el Juli, Luis Bolívar, Roca Rey, Paco Ureña y Joaquín Galdós, además de obras de arte. El dinero recaudado se destinó a la fundación Fútbol Pazífico, que a través del deporte y la educación aleja a jóvenes de Tumaco de la violencia y el reclutamie­nto forzoso. “Además, contamos con un donante

“Históricam­ente, los taurinos nos hemos unido para ayudar en las catástrofe­s y esta pandemia no podía ser la excepción”.

muy generoso que entregó más de cien mercados, repartidos entre monosabios, mozos de espada y toreros retirados”, cuenta Gonzalo.

Nada de esto hubiera sido viable sin la participac­ión de las ganaderías de Juan Bernardo Caicedo, Vista Hermosa, Las Ventas, Achury Viejo, Mondoñedo y Santa Bárbara. Regalaron toros entre los 400 y 440 kilos, y eligieron el lidiador para cada uno de sus animales: los matadores Cristóbal Pardo, Manuel Libardo, Santiago Naranjo, Miguel Castrillón, Sebastián Cáqueza y la novedad, el novillero Felipe Miguel Negret. “Teníamos la idea de hacerlo al inicio de la pandemia, pero se fue postergand­o. Resultó muy bueno, porque nos dio tiempo para crecer y la gente se mostró más solidaria. Al final todo se conjugó. Salió muy bien en la parte taurina y, lo más importante, en los recursos para ayudar a la fundación”.

Ahora, sus organizado­res quieren continuar con este tipo de actividade­s: “Vamos a instituir el festival para apoyar esas obras sociales que están haciendo paz en el país. Ojalá el año entrante lo podamos hacer presencial. Lo importante es animar

• a la gente a ayudar a otros”, concluye Gonzalo.

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 ??  ?? El festival fue una combinació­n entre lo campero, la corrida y un festival formal. Funcionó a pesar de no tener público en la plaza de tientas de la Ganadería Mondoñedo.
El festival fue una combinació­n entre lo campero, la corrida y un festival formal. Funcionó a pesar de no tener público en la plaza de tientas de la Ganadería Mondoñedo.
 ??  ?? “Es gratifican­te que los jóvenes se unieran para sacar adelante el festival”, cuenta Gonzalo Sanz de Santamaría sobre el trabajo de estos meses junto a la “Corrida de la Independen­cia”.
“Es gratifican­te que los jóvenes se unieran para sacar adelante el festival”, cuenta Gonzalo Sanz de Santamaría sobre el trabajo de estos meses junto a la “Corrida de la Independen­cia”.
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El cuadro Pase de pecho a un Mondoñedo, fue la contribuci­ón del joven pintor Cayetano Sanz de Santamaría al festival promovido por su padre.

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