LO NUESTRO en cúcuta hay un semillero de arte
Descubrir, experimentar y expresar. El arte es una herramienta que le permite al ser humano, en especial a los niños, usar todos sus sentidos, manifestar sus emociones y compartir sanamente con su entorno.
A través de las artes visuales, como por ejemplo el dibujo, el modelado y la pintura, los pequeños de la casa aprenden a ser disciplinados y perseverantes, ya que se comprometen con sus proyectos, transmiten su visión personal a través de sus creaciones y son capaces de tomar nuevos riesgos sin miedo.
Estos son los beneficios mencionados en el estudio científico ¿Cómo enseñar artes visuales para promover hábitos de disciplina en la mente? que llevó a cabo la psicóloga estadounidense Ellen Winner, en el 2006, y que se destacan en la voz del artista plástico cucuteño Carlos Sandoval.
Por eso, inspirado en su concepción de que el arte es un fenómeno social para combatir la desigualdad y promover el entendimiento humano, este creador fundó, hace nueve años, la academia ‘ Tallando Talentos’ como una plataforma educativa para que niños y jóvenes se relacionaran con el arte por medio de la pintura, el dibujo y el modelado.
Dos de estos alumnos son las hermanas Catelín y Sara Zuluaga, de 10 y 6 años, respectivamente. “Siempre me ha gustado pintar
y aquí he aprendido a usar los lápices y pinceles, a hacer degradados y pintar flores, campos y animales”, cuenta Catelín, quien lleva dos años en la escuela y ha pintado seis cuadros que su mamá Leidy Mejía tiene colgados en la sala de su casa.
Desde el Club Colsag, espacio donde funciona ‘ Tallando Talentos’, Camila Buitrago, también de 10 años, pinta un bonito paisaje nocturno. Asegura que cuando toma el pincel y da los primeros trazos con pintura en el papel, se llena de alegría. “Me siento feliz cuando vengo a mis clases de pintura porque uso mi imaginación. Todos los días aprendo algo nuevo; por eso mi mayor sueño es convertirme en una gran artista cuando crezca”, dice.
Disciplinas incluyentes
“En este tipo de escuelas trabajamos para que los participantes descubran el mundo fascinante que es el arte, porque creemos que todos tienen talento”, piensa Sandoval, quien con otros 12 docentes, son los encargados de impartir clases cuatro veces por semana.
Particularmente, en ‘ Tallando Talentos’ no existen pruebas de ingreso para estudiar. “Todos son bienvenidos”, resalta José Meza, docente del instituto, quien explica que se reciben alumnos desde los cuatro años de edad. A cada uno se le pide hacer un dibujo libre en papel para determinar sus gustos y su capacidad motora.
Dependiendo de la edad de los participantes, existen distintos cursos: pintura recreativa y al óleo, ideal para los más pequeños; pintura con acrílico, pincelada americana y retrato a carboncillo, especial para niños a partir de los 10 años, y otros talleres más especializados como fotografía, arte manga, dibujo académico y serigrafía.
“A la mayoría de los niños les gusta dibujar caricaturas y personajes de animé, así que aquí le hablamos también de la importancia de dibujar y pintar lo que nos rodea, como los animales, los árboles y las personas, para que puedan conectarse con las cosas que los rodea”, agrega el profesor.
Por medio del dibujo libre, Yesnary Arévalo, otra de las educadoras de la academia, puede observar las aficiones de los pequeños. “A todos los niños que hemos formado les encanta el color, son talentosos y curiosos. Nosotros sólo los ayudamos para que mejoren su técnica y empiecen a sentir amor por estas expresiones artísticas, porque ya brillan desde que entran”.
Jesús Andrés Cárdenas, de siete años, es uno de los niños que sigue las instrucciones de Arévalo. En sus mano izquierda tiene una impresión de los personajes del videojuego de terror Five Night at Freddy y con la derecha dibuja, a mano alzada, uno de estos temibles osos. “Me la paso dibujando caricaturas. Es mi pasatiempo favorito”, afirma.
Otra de las disciplinas que se enseñan en esta escuela al aire libre es el modelado en arcilla. Campo Elías Malpica, artista cucuteño, tiene a su cargo la enseñanza de este oficio, que consiste en moldear arcilla para obtener diversas formas, desde vasijas hasta bustos. Para él, es la manifestación que enlaza al ser humano con la tierra. Además de las manos, los participantes usan espátulas para darle forma a las esculturas.
Los aportes para los niños son increíbles: mejora la capacidad para concentrarse, promueve la creatividad y la atención hacia los detalles, según describe Malpica.