LEIDY ROPERO VA POR EL TÍTULO DE LA MÁS BELLA DE COLOMBIA
El 20 de marzo se elige Señorita Colombia va por el título de la más bella de Colombia
¿Qué tan complicado es ser reina? Es el interrogante que usted podría hacerse mientras observa a esbeltas jóvenes que intentan no tropezar mientras caminan, sonríen, saludan o posan para una foto; pero ser reina es mucho más.
Así lo afirma Leidy Ropero, la cucuteña de 20 años que se prepara para representar a Norte de Santander en el Concurso Nacional de la Belleza, en Cartagena, donde espera dejar una huella visible del amor por su tierra.
“Para ser reinas hacemos sacrificios y cumplimos horarios; transmitimos liderazgo, sueños y ganas de trabajar por las comunidades vulnerables”.
Por eso, defiende su título de aquellos que intentan encasillar su rol solo en la belleza y la superficialidad; cree firmemente en el liderazgo para transformar su región en un rincón de oportunidades.
Ser la embajadora de su departamento, asegura, significa mostrar la perseverancia de su gente para salir adelante, luchar y permanecer fuerte ante la adversidad; además de enseñar esa riqueza natural, gastronómica y turística que permanece vigente.
Sin embargo, para cumplir estos propósitos debe detener su vida personal, dejando a un lado su carrera como ingeniera industrial y modelo, así como su tiempo en familia.
Pausadas quedaron sus habituales clases de matemáticas, física, química y cálculo para aprender todo sobre pasarela, maquillaje, historia y cultura general.
Ahora no solo debe superar las sesiones de fotos sino las entrevistas para dar a conocer sus pasatiempos, sus debilidades, sus comidas favoritas y rutina de ejercicios, además de enfrentar las preguntas punzantes sobre sus posiciones políticas frente a la paz, la familia, los derechos o la igualdad.
En entrevista con La Ó habló de su preparación, su ajuar real y lo que significa ser la reina de los nortesantandereanos.
¿En qué cambió el concepto que tenía sobre la belleza?
Pensé que una reina se destacaba solo por su físico, pero ahora con mi papel veo que va más allá de eso. Es esa labor social en la que se comparte con los demás y se despierta esa admiración por las personas que luchan por salir adelante.
¿Qué tan aterrizado está el tema de ser la próxima Señorita Colombia?
Quiero traer la corona, pero este año la competencia está muy reñida no solo porque se les ve la preparación, sino porque hubo un plazo más largo de fortalecerse en muchos aspectos.
¿Qué decir a quienes las critican por esas respuestas poco apropiadas durante el concurso?
No se puede calificar a una persona por una mala respuesta en un momento de tanto nerviosismo; todas las candidatas tenemos una formación profesional y creo que en el concurso se trata de mostrar la diversidad de nuestra raza.
¿Cuál ha sido su mayor debilidad?
Me costaba pasar mucho tiempo con los tacones; además hablaba muy rápido y tenía el acento cucuteño bastante marcado. Así que la tarea fue ser bastante neutral.
¿Qué fue lo más curioso que le toco aprender durante su preparación?
Nos dijeron que a veces las preguntas más básicas sobre conocerse a uno mismo, son las más difíciles de responder porque uno no se pone a pensar en la vida cotidiana cuál es mi fortaleza o mi debilidad.
¿En qué se diferencia la vida de una modelo en la de una reina?
Siempre tuve el concepto de que la modelo exhibe la ropa y la reina se exhibe ella, pero cuando llegue a la preparación me hicieron entender que todo va es en la forma en la que se maneja la pasarela, es decir, si vas alegre, tímida, tierna o divertida.
¿Es de las reinas que también admira a Teresa de Calcuta?
(Risas) Creo que ya dejamos de encasillarnos en esas respuestas, pero no hay nada de malo que una reina admire a una mujer tan luchadora.
¿Qué no faltará en su maleta?
Hilos de los colores primarios y agujas porque nunca se sabe en qué momento falle un vestido.
¿Cuál es el arma secreta para ganar?
Ser yo misma.