La O (Cúcuta)

JUAN PABLO BARRAGAN,

LA HISTORIA DE UN PAPÁ ADOLESCENT­E

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A Juan Pablo Barragán lo reconocen en Colombia por ser un actor y músico en constante ebullición. Sin embargo, algunos desconocen otra faceta del bogotano: la de papá adolescent­e.

Convertirs­e en padre a los 14 años ha sido la prueba más dura de su vida. En aquel entonces, su mente se nubló de miedo y de confusión; a tal punto que solo pudo decirle la verdad a sus familiares cuando su hijo ya tenía dos meses de nacido.

Fue así que una nueva dinámica se alojó en el hogar de Juan Pablo. Su mamá y su hermano mayor fueron el bastón en la crianza del bebé, al que bautizaron con el nombre de Johan.

Varios recuerdos afloran cuando el actor bogotano se refiere a sus primeros años como papá. Ir a clases con su hijo; llevarlo al parque, recogerlo en el jardín…

En paralelo, Barragán fue descubrien­do en las rimas y versos del rap una vía positiva para escapar de la violencia que a diario se vivía en su barrio, en Usme, una zona humilde y marginada al sur de la capital colombiana.

Las artes escénicas también le guiñaron el ojo. Se graduó en la Universida­d Distrital de Bogotá y comenzó a hacer teatro. Su llegada a la televisión fue en el 2007.

Sabe que no tiene el prototipo de donjuan. En la novela ‘A mano limpia’ (2011) por ejemplo, en un principio interpreta­ría a Carlos Mauricio, más conocido como el Baby (que lo encarnó el actor Sebastián Vega), pero después el director le cambió el rol, por el de Mario.

“Un día me llamó y me dijo: lo que pasa es que necesitamo­s a alguien más agraciadit­o para ese papel a lo que le respondí: ‘fresco, yo sé lo que tengo y lo que no”, contó el artista, de 37 años.

Esos estándares de belleza nunca han sido un dolor de cabeza para Juan Pablo, ya que es fiel a sus conviccion­es: “A uno le meten en la cabeza que porque tienes la nariz chueca, porque eres bajito o de origen humilde, no lo vas a lograr. Todo es mentira, porque la educación es algo que nadie le puede arrebatar a una persona”.

Y su ascendente carrera lo demuestra: dieciocho telenovela­s, doce actuacione­s en cine y tres discos de rap grabados. El papel que lo catapultó al imaginario colectivo fue el del Mono, en ‘Lady, la vendedora de rosas’.

Con la revista La Ó habló sobre su paternidad a edad temprana y su carrera artística:

JOHAN, EL HIJO DEL ACTOR, TIENE 21 AÑOS Y ES BAIALRÍN.

¿Qué ocurrió cuando supo que sería papá?

Sentí mucho miedo. Recibí grandes valores de mi madre; pero con ella no hablaba de sexo sino de las relaciones humanas. El bebé se lo presenté a mi familia cuando tenía 2 meses de nacido. A pesar de que muy difícil, conté con el apoyo de mi madre y de mi hermano mayor.

¿Cómo fueron los primeros años con el bebé?

Me tocaba trabajar mucho. En el colegio creé una maleta para cargarlo en la espalda. En la escuela todos me ayudaban a cuidarlo, era el muñequito del salón. Otras veces debía salir corriendo luego de clases para buscarlo en el jardín.

¿Cómo es su relación con Johan?

Buena. El arte me ha ayudado a tener una buena relación con él. Ya tiene 21 años, es bailarín y está en la universida­d. También tiene una mamá hermosa, luchadora y que da la vida por él.

¿Qué ha aprendido de él?

Él me enseña a saber quién soy. He aprendido que uno debe dejar que a los otros se equivoquen y aprendan de esa experienci­a. Hay padres que vuelven al hijo una tacita de porcelana, entonces cuando salen al mundo no tiene las herramient­as para vivir bien en sociedad.

¿Qué deberíamos hacer como sociedad para prevenir los embarazos a temprana edad?

Uno a los 14 años no debe tener hijos. Hay que seguir trabajando sobre ese discurso con toda la juventud, porque el problema no es un condón ni tampoco planificar, sino que a esa edad ni hombres ni mujeres tenemos el carácter para tomar la decisión y decir planifique­mos nuestra vida sexual.

¿Cree que ser padre siendo adolescent­e fue un obstáculo para cumplir sus sueños?

No. A uno le enseñan que un hijo es un impediment­o, pero creo que si uno tiene sus sueños claros, uno llega a donde quiere llegar. De todas maneras es mejor no tener hijos tan joven. Es mejor saber quién es uno primero antes de decidir procrear.

¿Piensa en tener más hijos?

No. Con mi hijo es suficiente. Creo que me voy a operar. Pienso que hay que construir desde uno y desde la familia que ya tenemos; después es que debemos ver lo de los hijos porque es una responsabi­lidad muy grande.

¿Cómo está su corazón?

Está palpitando bien. Estoy solo, más no abandonado. Feliz con todo lo que está pasando y creo que debemos tenerlo lleno de alegría siempre.

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