La caleña que le dió valor a los turbantes
Doris Balanta, una mujer afrodescendiente, profesora, con un carácter ‘muy folclórico’ y con un amor infinito por los turbantes, ha sido la inspiración de su hija, la diseñadora caleña Angélica Castillo, a tal punto que convirtió su apellido materno en una marca de accesorios de gran relevancia de Colombia: Miss Balanta.
Su producto estrella es precisamente el turbante, una pieza de gran valor histórico en países de Asia y África y que en Colombia, hasta hace algunos años, solo se le relaciona con la población negra.
Sin embargo, con investigación y mucha pasión, Miss Balanta ha logrado visibilizar su cultura afro y demostrarle a la gente que este es un accesorio que trasciende, al punto de que cualquier mujer puede usarlo sin problemas.
“Los turbantes de Miss Balanta buscan empoderar a la mujer, ayudar a subir el autoestima, motivar y contar historias de la cultura afro desde lo positivo”, comentó Angélica, quien acostumbra a llevar esta prenda a tono con aretes y labiales de vibrante color.
Recientemente estuvo en la ciudad como conferencista de Cúcuta Moda y allí habló del nacimiento de este proyecto, que inició en Barcelona, España, mientras hacía una maestría en publicidad digital.
EL ORIGEN
Durante su infancia, usó los turbantes por temas prácticos, ya que le “daba pereza peinarse”. Pero con la marca, entendió muchas cosas detrás de este trozo de tela bañada de figuras variopintas.
“Es una prenda de resistencia femenina, también tiene un poder espiritual y religioso. En cada país tiene un significado distinto y de respeto”, puntualizó la joven de piel azabache; quien también fue modelo de pasarela.
La creación de Miss Balanta se dió como un blog de moda con “textos románticos sobre la moda urbana en Barcelona”.
Pero ya estando en Panamá y luego de un video en el que mostraba cómo anudaba los turbantes en su cabeza, una diseñadora le escribió desde China expresando su amor por los turbantes.
Allí supo que los turbantes tenían un poder de derribar fronteras geográficas y color de piel. De regreso a Bogotá “comencé sin un peso, con 10 turbantes y una niña que me ayudaba a coser. Le hablé del proyecto a Goyo, de Chocquibtown y con ella empezamos a mostrar nuestros diseños”.
Hasta ahora Miss Balanta no solo se ha transformado en una marca reconocida; sino que por medio de los turbantes, su creadora ha ayudado a pacientes con cáncer y a mujeres que padecen de alopecia, a recuperar su feminidad y seguridad.
“En algún momento una clienta me dijo que mis turbantes aumentaban la vibra de la vida. Y en eso he creído, en atraer energías positivas y en sentirme orgullosa de mi origen afro”.