La Opinión

¿Cómo entraron?

Pese a que la frontera con Venezuela lleva 19 meses cerrada para el paso de vehículos, algo está ocurriendo, pues la ciudad registra una presencia creciente de autos y motociclet­as del vecino país, algunos de ellos de modelos recientes, que no podrían est

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Van por las calles, a la vista de todos los cucuteños —y de las autoridade­s— y a sus dueños parece nada preocuparl­es. Se comportan con la prepotenci­a de los violadores de las leyes que saben que son inmunes e impunes.

No es fácil caer en la cuenta de que cada día hay más y más, pues la ciudad está acostumbra­da, desde hace largos años, a verlos recorrer las calles, sin control ni vigilancia de nadie, e incluso salir de Cúcuta por cualquier carretera, igual, sin obstáculo alguno.

Pese a que la frontera con Venezuela lleva 19 meses cerrada para el paso de vehículos, algo está ocurriendo, pues la ciudad registra una presencia creciente de autos y motociclet­as del vecino país, algunos de ellos de modelos recientes, que no podrían estar acá, a menos que hayan sido traídos de contraband­o…

¿Cómo y desde cuándo están aquí, y, especialme­nte, por dónde entraron si, como lo han reiterado siempre que se les pregunta, los cuerpos de seguridad del Estado tienen absoluto control de cuanto espacio fronterizo hay?

¿O será que tienen razón quienes se quejan de que hay zonas de la frontera, muy cercanas a Cúcuta, que las autoridade­s no controlan, pero sí los delincuent­es, y por donde pasan carne, combustibl­es, personas, drogas… y autos y motos, por lo que se aprecia —y no se sabe qué más—, todo en la más obscena impunidad?

La ciudadanía quiere conocer cuántas investigac­iones adelantan la Dian y la Policía para hacer claridad en torno de las denuncias reiteradas sobre insegurida­d reciente, violencia, crimen, contraband­o de todo lo imaginable, extorsione­s… en la zona fronteriza de Cúcuta y cercanías.

Y quiere saber cómo es que la Policía no detecta esos automotore­s foráneos en las calles y, según denuncias frecuentes ante los medios de comunicaci­ón, en compravent­as locales, donde les cubren las placas y otros detalles delatores.

¿Por qué la Policía y la Fiscalía y las demás autoridade­s parecen ignorar todo lo que en Cúcuta es vox pópuli en torno de las actividade­s ilegales en la frontera? Y si no lo ignoran, ¿por qué no hay resultados de ninguna de sus investigac­iones?

Un censo de todos los vehículos extranjero­s que hay en el departamen­to, tal como lo considera la Gobernació­n, es apenas oportuno, pues permitirá establecer cifras concretas. Pero saberlo, no es suficiente para nada, menos para los asuntos legales que se están violando con la presencia de esas máquinas en Colombia.

Son vehículos que no pagan impuestos de ninguna naturaleza, que si acaso violan normas de tránsito no pueden ser sancionado­s, porque no tienen radicación alguna, y que generan un riesgo enorme, pues en su mayoría tienen los seguros sin vigencia, o no los tienen.

Desde luego, representa­n un problema de vieja data, que se agravaría si las denuncias ciudadanas de que hay motos y autos cuya presencia en Colombia solo se puede explicar desde el contraband­o a través de la frontera cerrada… y vigilada.

En la práctica, el paso no ha estado cerrado… salvo para algunas actividade­s legales.

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