La esperanza sigue siendo la sustitución de la coca
El encuentro entre las organizaciones sociales del Catatumbo, gobiernos municipales, departamental y nacional, y fuerzas militares dejó, ayer, como conclusión la necesidad de hacer todo lo posible para que la erradicación de la coca se dé por sustitución voluntaria, aunque la erradicación forzosa sigue en pie.
Según el gobernador William Villamizar, si bien se ratificó que tanto la erradicación forzosa como la sustitución son parte de una misma política del Gobierno Nacional, se procurará explicar en detalle, en cada una de las veredas, los beneficios de hacer la sustitución voluntaria.
Que el Gobierno Nacional y, especialmente, el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (Pnis) “le pongan patines” a la firma de los acuerdos de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos es la principal solicitud del alcalde de Tibú, Jesús Escalante, para que se soluciones la tensa situación por el anuncio de erradicación forzosa.
“Se insiste es en que si en Tibú se pudo hacer, firmamos y estamos tranquilos, entonces ¿por qué el Gobierno Nacional no se sienta con los demás municipios para hacer lo mismo?”, cuestionó el mandatario, para quien es esencial que no se pierda la confianza de los campesinos, que tienen voluntad de cambiar.
“En el Catatumbo hemos tenido de todo, menos presencia del Estado”, dijo, a la vez que señaló que “el balón lo tiene el Gobierno”, y por ello debe darle celeridad y cumplimiento a los acuerdos.
Escalante expresó que la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat) “legalmente no tiene razón” en su protesta, “porque el acuerdo que se dio en Tibú no se ha incumplido”, aunque reconoció que hay razón en que la erradicación “no ha traído nada bueno a la región, ni acompañamiento del Estado”.
BUSCAR MODELOS
De otro lado, el alcalde manifestó que si bien los 36 millones de pesos que se ofrecen a quienes sustituyan “no son la panacea”, en Tibú se acordó flexibilizar créditos para fortalecer los proyectos a largo plazo, con poscosecha asegurada y “un interesante” incentivo a la capacitación rural, más intereses muy bajos.
“Ese es el modelo que utilizaron los palmicultores que no son millonarios, pero han mejorado”, indicó.
Por ello, aseguró que sería importante que el Gobierno Nacional tome en consideración “el modelo que tuvo la palma, pero solo el modelo, no el cultivo, porque no podemos llenarnos de palma en el Catatumbo”.
Agregó que hoy en día los palmicultores, que en sus inicios también fueron cultivadores de hoja de coca, hoy son empresarios, agroindustriales, en pequeña escala pero participantes de una cadena valor.
“Hoy, la sustitución voluntaria genera una decisión de las comunidades de cambiar y transformar la actividad ilícita por algo sostenible y rentable”, puntualizó.
El campesino ya entendió que tiene que cambiar su manera de vivir. Todos estamos comprometidos con la transformación, pero no a los empujones”. Jesús Alberto Escalante. Alcalde de Tibú.