La Opinión

DE LA CALLE HABLA SOBRE SUS PROPUESTAS PARA NORTE

- CICERÓN FLÓREZ MOYA

Humberto de la Calle Lombana está entre los dirigentes colombiano­s sobresalie­ntes por su formación intelectua­l, los positivos resultados en los cargos desempeñad­os y la transparen­cia de sus actos. Nació en Manzanares (Caldas) y estudió derecho en la Universida­d de Manizales. Ha sido decano de la facultad de Derecho en la Universida­d de Caldas, secretario de despacho en su departamen­to, registrado­r Nacional, vicepresid­ente, ministro y embajador.

Tuvo activa participac­ión en la Constituye­nte de 1991, en representa­ción del Gobierno presidido por César Gaviria, y es autor de un libro sobre su experienci­a en esa función. Presidió la delegación oficial que negoció en La Habana el acuerdo de paz con las Farc, que llevó a la desmoviliz­ación de esa organizaci­ón guerriller­a.

Ahora es el candidato del Partido Liberal a la Presidenci­a y este fin de semana estuvo en Cúcuta, por primera vez, en plan de campaña. La

Opinión conversó con él sobre sus propuestas.

¿Siente que el Partido Liberal está verdaderam­ente comprometi­do con su campaña?

Estuve en la reunión de dirigentes liberales, en la cual hicieron presencia congresist­as y algunos que no consiguier­on su elección. Allí sentí que el partido está unido alrededor de mi candidatur­a. Asumieron el compromiso de meterle toda la musculatur­a a esta causa. Eso me dejó satisfecho. Además, quedó atrás la discusión sobre estructura­s jerárquica­s y al respecto cualquier otra inquietud debe darse después de las elecciones.

¿Pero,

¿hay quienes insisten en que el liberalism­o está en crisis y que eso está afectando su candidatur­a?

La crisis de los partidos es general y no es exclusiva del liberalism­o. Hoy debo reconocer que hay más Partido Liberal que otros.

¿Cree que son injustas las encuestas con usted, pues tras varios meses, nada que repunta?

Sigo creyendo que tenemos una propuesta que arranca desde el centro, que no es un centro descafeina­do sino comprometi­do con la transforma­ción social, que no va a los extremos, pues esos son caminos vedados para Colombia. No me va bien en las encuestas, eso lo sé, pero sin pelear con las encuestas, hay que advertir sobre las equivocaci­ones.

¿

Cómo cree que han recibido los colombiano­s su candidatur­a, a partir del trabajo que hizo en favor del acuerdo de paz con las Farc?

Para mí, el fin del conflicto con las Farc fue un hecho trascenden­tal, histórico. Es probable que el mensaje de la paz no haya funcionado de manera completa. Es paradójico que parte de mi fortaleza sea el acuerdo de paz, pero al mismo tiempo es por lo cual

me atacan. Confío en que esto se vaya aclarando.

¿Además

de su defensa al acuerdo de paz con las Farc, ¿cuál será su otra prioridad si llega a ser el presidente de Colombia?

El problema de Colombia se llama inequidad. Es grave. Estamos el mismo nivel de Haití, Honduras y Guatemala. Es posible cambiarlo, pues no solamente es un asunto de recursos, sino también de voluntad política. Esta es una sociedad muy inmovilist­a y hay cierta resistenci­a a los cambios que se requieren. Es más, la discusión contra el acuerdo encubre una realidad distinta. Es el deseo de que no haya reforma rural integral, que no mejore la política y seguir con la misma situación actual, que es insostenib­le. El mayor riesgo de Colombia es que no logremos, concluido el conflicto, asumir la lucha por la equidad social. No se puede seguir con tanta desigualda­d.

¿La

corrupción ha llegado a niveles alarmantes y el país parece estar tomando conciencia de ese mal. En un gobierno suyo, ¿qué tanto se podría erradicar?

El problema de la corrupción es que ya no es de orden penal. Es de cultura. Los corruptos pagan penas irrisorias. Se reincorpor­an luego a la sociedad y ni siquiera hay sanción social. Tengo un programa de cuatro puntos de lucha contra la corrupción. Esta nace en el sistema político. Esa relación de gobiernos que presionan y congresist­as que reciben mermelada es nociva. Si no se rompe eso, no se va salir de esa encrucijad­a. ¿Por dónde empezar? El punto de partida es la Presidenci­a de la República. El que me pida mermelada lo saco de la oficina.

¿Cuáles son sus diferencia­s y sus aproximaci­ones con el presidente Juan Manuel Santos?

Le reconozco a él la paz. Le tengo un enorme agradecimi­ento y no voy a cambiar por conseguir unos votos. Sería desleal. Pero a su vez, yo no hice parte de la administra­ción. Tengo libertad de postulació­n política y tengo suficiente recorrido para no ser un calanchín de nadie. Creo que el Gobierno ha tenido aciertos y también desacierto­s. Me siento con independen­cia plena para seguir el camino, sobre la base de interpreta­r el sentimient­o del Partido Liberal.

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EL CANDIDATO PRESIDENCI­AL POR EL PARTIDO LIBERAL, Humberto de la Calle, participó en una concurrida manifestac­ión organizada por el senador Andrés Cristo y su hermano Juan Fernando, en el Teatro Avenida. Allí expuso su propuesta de gobierno y las...
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EL SÁBADO EN LA TARDE, el representa­nte Alejandro Carlos Chacón le organizó una reunión a De la Calle en el Hotel Tonchalá, en la que también estuvo presente el expresiden­te César Gaviria.

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