Paro en Uruguay por mejoras salariales C. Bonadio atemoriza a Kirchner
Uruguay vivió ayer una jornada de paro general que dejó vacías las calles de la capital, con mínimo transporte, escuelas y servicios públicos cerrados, tras una convocatoria de la central sindical PIT CNT.
La huelga fue en reclamo de más recursos en la ley de presupuesto que discute el Congreso, e incrementos de salarios en las negociaciones colectivas en curso entre empresas privadas y empleados.
Bajo la consigna: si a los trabajadores les va bien, al pueblo le va bien, la convocatoria se produjo en medio de una dura puja con el gobierno del presidente Tabaré Vázquez en un país afectado por un fuerte déficit fiscal.
“¿Por qué han subido las pensiones y jubilaciones? Porque el salario medio de los trabajadores ha crecido. ¿Por qué ha mejorado la capacidad de algunos comercios pequeños? Porque el trabajador tuvo mayor poder adquisitivo durante los últimos 14 años”, sostuvo el presidente del PIT CNT, Fernando Pereira.
Los sindicatos reclaman presupuesto equivalente al “6 por ciento del PIB para la educación y del 1% para investigación, más presupuesto para salud y vivienda y mejores condiciones laborales para trabajadores públicos y privados”. Lo anterior sumado a una mejor distribución de la riqueza.
La parálisis se produjo cuando el gobierno del izquierdista Frente Amplio, que lleva su tercer período de gobierno al frente de Uruguay desde 2005, vio cesar los altos precios de las commodities agropecuarias que produce el país y que impulsaron su crecimiento, ininterrumpido desde 2003.
Aún así, el Ejecutivo prevé en su ley de presupuesto -que requiere todavía aprobación del Senado tras pasar la cámara de diputados con votos de la mayoría gobernante-, un crecimiento de 2,5% para 2018.
Algunos analistas estiman insuficiente esa cifra para financiar el aumento del gasto público previsto (0,25 puntos del PIB).
El juez Claudio Bonadio, alguna vez calificado de pistolero por la expresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, se convirtió en su peor enemigo con la investigación de una millonaria trama de sobornos que salpica a la dirigencia política y a la clase empresaria de Argentina.
Desde que dejó la presidencia en diciembre de 2015, se abrieron seis causas penales contra la expresidenta. Cinco de ellas están en manos de Bonadio, a quien Kirchner calificó de “brazo de persecución contra mi persona”.
Bonadio es además el juez que ordenó detener a varios de los más importantes empresarios de Argentina con la causa: los cuadernos de la corrupción.
Bonadio requirió al Senado que le permita allanar los tres domicilios de la expresidenta y está a la espera de la aprobación para seguir con la investigación.